martes, 20 de noviembre de 2012

El Sabadell hace el trabajo a Mas y barre para la ‘casa catalana' a la Caixa del Penedés de BMN

MADRID.- Banco Sabadell ampliará su negocio en Cataluña y Aragón, en lugar de otras opciones en otras zonas peninsulares, al hacerse con el control de Caixa Penedés, una de las entidades catalanas que se desmarcó en su momento de los designios de la Generalitat de Cataluña para permanecer en unas integraciones regionales que terminaron en fracaso, según publica 'Capital Madrid'

Tal es el caso de Unnim, el proyecto de las cajas comarcales que acabó en manos del BBVA a precio de saldo y de Catalunya Caixa, el de las provinciales, que ha sido nacionalizada por el FROB. El interés del grupo que preside José Oliu se ha materializado en un momento en el que la integración en el proyecto de Banco Mare Nostrum (BMN, capitaneado por Caja Murcia) pasa por un déficit de capital de más de 2.000 millones de euros, según las recientes pruebas coordinadas por Oliver Wyman. El Sabadell se ha caracterizado durante la última década por su capacidad integradora (Banco Herrero, Banco Atlántico o más recientemente la CAM, entre otros) para crecer como una entidad financiera nacional pese a su registro catalanista.
Pero las cosas parecen haber cambiado con la proclama soberanista del candidato de CiU a las elecciones autonómicas catalanas. Resulta obvio que su nueva apuesta por una red centrada en Cataluña, en lugar de una operación en Galicia como se pretendía, se produce justo en plena campaña de unas elecciones catalanas marcadas por el soberanismo recalcitrante que promulga el actual presidente Artur Mas. Más claro, agua.
El nefasto recuerdo de Banca Catalana no se habrá evaporado en el memoria de muchos, y no sólo en la del ex presidente Jordi Pujol. Pero los últimos movimientos que se adivinan en el panorama financiero a raíz de las pruebas de resistencia de Oliver Wyman podrían conducir a un proyecto en el que las entidades díscolas en su momento con las fusiones regionales casi obligadas y también fracasadas (Unnim y Catalunya Caixa son un claro ejemplo, como algunas otras de regiones como las gallegas o la castellano-leonesa) acaben dentro de un grupo con sede en la comunidad autónoma catalana.
No será el objetivo del presidente del Banco Sabadell, José Oliu, que ha optado en la última década por ampliar su implantación en todo el territorio nacional, con distintas adquisiciones o adjudicaciones, y con un salto al exterior, principalmente en determinados zonas de Estados Unidos. Durante los últimos tiempos, el banco había puesto su objetivo en Galicia, territorio en el que su presencia es muy reducida y en el que aún hay algunas oportunidades (Banco Gallego o el propio NCG Banco, que tiene el control de la entidad anterior) a pesar de que Banco Pastor acabó hace un año en la órbita del Banco Popular.
Oliu, al igual que José Manuel Lara (uno de los accionistas del núcleo duro del banco), no se caracterizaba por ser muy amante de los planteamientos independentista del actual presidente de la Generalitat, Artur Mas, candidato por los nacionalistas catalanes. Sin embargo, su apuesta por hacerse con la red catalana y aragonesa de Caixa Penedés, que se embarcó en la aventura de Banco Mare Nostrum (BMN) tras su fracaso de fusión con Caixa Laietana, que terminó integrándose en Bankia y que durante este mes de noviembre estaba prevista su integración tecnológica en el grupo nacionalizado, bien podría conducir a un conglomerado con el que algunos independentistas podría mostrar algo más que adhesión.

Venta forzada
Banco Mare Nostrum (BMN), el proyecto capitaneado por la Caja Murcia de Carlos Egea, ha sido una de las entidades que, a falta del examen de su plan de recapitalización, tendría un déficit de capital de 2.208 millones de euros en el escenario más adverso de las pruebas de resistencia coordinadas por Oliver Wyman. BMN, por tanto, está casi condenado a desprenderse de una buena parte de activos, como sería la red catalana y aragonesa de Caixa Penedés, para que las ayudas públicas a las que se ve casi condenado, según dictaminaron hace unos días el Banco de España y la Comisión Europea, al quedar englobado en el indeseado grupo dos, en el que están aquellas entidades con necesidad de ayudas públicas.
Según fuentes sindicales, unas 462 oficinas y unos 2.000 empleados, incluidos los de los servicios centrales de Caixa Penedés para los territorios de Cataluna y Aragón, se verán afectados con esta operación por la que Banco Sabadell ha reconocido su interés y materializado su compra, según ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a última hora del martes.
Después de haberse encaramado entre el grupo de las seis grandes entidades financieras del país, una clasificación de la que ya algunos desgajan a Bankia por su particular situación y tras ser nacionalizada el pasado mes de mayo, Banco Sabadell aún podría optar por acoger bajo su paraguas a algunas otras entidades financieras catalanas. En todo momento, sus responsables habían mostrado su interés por la subasta de Catalunya Caixa, suspendida finalmente a la espera de que las pruebas de resistencia de Oliver Wyman dibujaran de manera nítida la situación del sistema financiero español.
La subasta de Unnim acabó en manos de BBVA, finalmente. Catalunya Caixa, también fruto de tres caja catalanas pero con un mayor tamaño, puede suponer un gran bocado en el negocio bancario catalán. Sabadell ya tiene una importante presencia en la región, en una segunda posición tan sólo por detrás de Caixabank-La Caixa, pero su triunfo en la subasta paralizada supondría una barrera para la entrada de algunos grupos financieros con suficiente músculo, como Kutxabank o Santander, que incrementarían las competencia en Cataluña.
Incluso, no sería descartable que Bankia, la entidad sistémica que más necesidades de capital requiere, tuviera que adoptar una posición vendedora con la red de Caixa Laietana, como le ha ocurrido a BMN con Penedés. Las pretensiones para gestar un gran grupo financiero catalán, al margen del ya creado desde hace años por La Caixa (que siempre ha jugado en divisiones muy superiores respecto a sus competidores regionales y al sector de cajas en general), estaría al alcance de la mano. Justo, además, de los comicios del próximo 25 de noviembre, en los que parece que está en juego algo más que un gobierno autonómico: el refrendo a una independencia de Cataluña de España, como parece se ha trazado en el debate electoral en curso.

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