MADRID.- Banco Sabadell ampliará su
negocio en Cataluña y Aragón, en lugar de otras opciones en otras zonas
peninsulares, al hacerse con el control de Caixa Penedés, una de las
entidades catalanas que se desmarcó en su momento de los designios de la
Generalitat de Cataluña para permanecer en unas integraciones
regionales que terminaron en fracaso, según publica 'Capital Madrid'.
Tal es el caso de Unnim, el
proyecto de las cajas comarcales que acabó en manos del BBVA a precio de
saldo y de Catalunya Caixa, el de las provinciales, que ha sido
nacionalizada por el FROB. El interés del grupo que preside José Oliu se
ha materializado en un momento en el que la integración en el proyecto
de Banco Mare Nostrum (BMN, capitaneado por Caja Murcia) pasa por un
déficit de capital de más de 2.000 millones de euros, según las
recientes pruebas coordinadas por Oliver Wyman. El Sabadell se ha
caracterizado durante la última década por su capacidad integradora
(Banco Herrero, Banco Atlántico o más recientemente la CAM, entre otros)
para crecer como una entidad financiera nacional pese a su registro
catalanista.
Pero las cosas parecen haber cambiado con la
proclama soberanista del candidato de CiU a las elecciones autonómicas
catalanas. Resulta obvio que su nueva apuesta por una red centrada en
Cataluña, en lugar de una operación en Galicia como se pretendía, se
produce justo en plena campaña de unas elecciones catalanas marcadas por
el soberanismo recalcitrante que promulga el actual presidente Artur
Mas. Más claro, agua.
El nefasto recuerdo de Banca Catalana no
se habrá evaporado en el memoria de muchos, y no sólo en la del ex
presidente Jordi Pujol. Pero los últimos movimientos que se adivinan en
el panorama financiero a raíz de las pruebas de resistencia de Oliver
Wyman podrían conducir a un proyecto en el que las entidades díscolas en
su momento con las fusiones regionales casi obligadas y también
fracasadas (Unnim y Catalunya Caixa son un claro ejemplo, como algunas
otras de regiones como las gallegas o la castellano-leonesa) acaben
dentro de un grupo con sede en la comunidad autónoma catalana.
No
será el objetivo del presidente del Banco Sabadell, José Oliu, que ha
optado en la última década por ampliar su implantación en todo el
territorio nacional, con distintas adquisiciones o adjudicaciones, y con
un salto al exterior, principalmente en determinados zonas de Estados
Unidos. Durante los últimos tiempos, el banco había puesto su objetivo
en Galicia, territorio en el que su presencia es muy reducida y en el
que aún hay algunas oportunidades (Banco Gallego o el propio NCG Banco,
que tiene el control de la entidad anterior) a pesar de que Banco Pastor
acabó hace un año en la órbita del Banco Popular.
Oliu, al
igual que José Manuel Lara (uno de los accionistas del núcleo duro del
banco), no se caracterizaba por ser muy amante de los planteamientos
independentista del actual presidente de la Generalitat, Artur Mas,
candidato por los nacionalistas catalanes. Sin embargo, su apuesta por
hacerse con la red catalana y aragonesa de Caixa Penedés, que se embarcó
en la aventura de Banco Mare Nostrum (BMN) tras su fracaso de fusión
con Caixa Laietana, que terminó integrándose en Bankia y que durante
este mes de noviembre estaba prevista su integración tecnológica en el
grupo nacionalizado, bien podría conducir a un conglomerado con el que
algunos independentistas podría mostrar algo más que adhesión.
Venta forzada
Banco
Mare Nostrum (BMN), el proyecto capitaneado por la Caja Murcia de
Carlos Egea, ha sido una de las entidades que, a falta del examen de su
plan de recapitalización, tendría un déficit de capital de 2.208
millones de euros en el escenario más adverso de las pruebas de
resistencia coordinadas por Oliver Wyman. BMN, por tanto, está casi
condenado a desprenderse de una buena parte de activos, como sería la
red catalana y aragonesa de Caixa Penedés, para que las ayudas públicas a
las que se ve casi condenado, según dictaminaron hace unos días el
Banco de España y la Comisión Europea, al quedar englobado en el
indeseado grupo dos, en el que están aquellas entidades con necesidad de
ayudas públicas.
Según fuentes sindicales, unas 462 oficinas y
unos 2.000 empleados, incluidos los de los servicios centrales de Caixa
Penedés para los territorios de Cataluna y Aragón, se verán afectados
con esta operación por la que Banco Sabadell ha reconocido su interés y
materializado su compra, según ha comunicado a la Comisión Nacional del
Mercado de Valores (CNMV) a última hora del martes.
Después de
haberse encaramado entre el grupo de las seis grandes entidades
financieras del país, una clasificación de la que ya algunos desgajan a
Bankia por su particular situación y tras ser nacionalizada el pasado
mes de mayo, Banco Sabadell aún podría optar por acoger bajo su paraguas
a algunas otras entidades financieras catalanas. En todo momento, sus
responsables habían mostrado su interés por la subasta de Catalunya
Caixa, suspendida finalmente a la espera de que las pruebas de
resistencia de Oliver Wyman dibujaran de manera nítida la situación del
sistema financiero español.
La subasta de Unnim acabó en manos
de BBVA, finalmente. Catalunya Caixa, también fruto de tres caja
catalanas pero con un mayor tamaño, puede suponer un gran bocado en el
negocio bancario catalán. Sabadell ya tiene una importante presencia en
la región, en una segunda posición tan sólo por detrás de Caixabank-La
Caixa, pero su triunfo en la subasta paralizada supondría una barrera
para la entrada de algunos grupos financieros con suficiente músculo,
como Kutxabank o Santander, que incrementarían las competencia en
Cataluña.
Incluso, no sería descartable que Bankia, la entidad
sistémica que más necesidades de capital requiere, tuviera que adoptar
una posición vendedora con la red de Caixa Laietana, como le ha ocurrido
a BMN con Penedés. Las pretensiones para gestar un gran grupo
financiero catalán, al margen del ya creado desde hace años por La Caixa
(que siempre ha jugado en divisiones muy superiores respecto a sus
competidores regionales y al sector de cajas en general), estaría al
alcance de la mano. Justo, además, de los comicios del próximo 25 de
noviembre, en los que parece que está en juego algo más que un gobierno
autonómico: el refrendo a una independencia de Cataluña de España, como
parece se ha trazado en el debate electoral en curso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario