jueves, 25 de octubre de 2012

Del “JASP” al “JASA”, pasando por el “NINI” / Francisco Parra *

No recuerdo en los últimos años, que nada me haya angustiado más como presenciar las recientes imágenes de las cargas policiales sobre grupos de manifestantes, generalmente jóvenes. Fíjense, que estamos apaleando a los jóvenes de este país, porque piden trabajo y futuro en su tierra. No entiendan de mi comentario que reprocho nada a las Fuerzas de Seguridad del Estado. Nada más lejos de mi intención. La policía cumple las órdenes del poder político con abnegación y eficacia. Este es el típico enfrentamiento en el que ambos tienen razón, unos en protestar y otros en reprimir.

Resulta que, en pocos años hemos pasado de tener “JASP”, (jóvenes aunque sobradamente preparados), a no hablar más que de los “JASA”, (jóvenes aunque soberanamente apaleados) y de los “NINI”, (ni trabajo, ni estudio). Por supuesto que a estas manifestaciones callejeras tan de moda, promovidas por colectivos con nombre de día del mes, (cuando tengamos ya 365 movimientos de este tipo no se que haremos…), acuden personas con muy diversas intenciones. Los hay que van simplemente allá donde hay lío, a otros les parece divertido, algunos van contra todo…., pero cada vez va más gente que entendemos como “normal” y en particular, muchos jóvenes preparados, que están absolutamente desencantados con el modelo sociopolítico y económico que les hemos dejado en herencia. Intentan desesperadamente hacer algo contra quienes entienden que son responsables de esta situación, que desde luego, ellos no han creado. La lástima es, que por desgracia, este tipo de acciones tienen un impacto mínimo en la solución de esta situación.

Estimados jóvenes de este país, no continuéis jugándoos el físico ante las Fuerzas de Seguridad. Es prácticamente inútil. Lo que de verdad preocupa al poder político de este país es no disponer de dinero para financiar la macroestructura burocrática que ellos mismos han creado para su propio beneficio y que se niegan a desmontar a toda costa.

¿Y que se puede hacer?.

Pues en mi opinión, lo mejor que se puede hacer es coger las maletas e irse a otro país.

Otro país, en el que haya trabajo.
Otro país, en el que te formen convenientemente para desempeñar eficazmente tu trabajo o negocio.
Otro país, en el que de verdad, ayuden a los emprendedores y no les pongan miles de trabas burocráticas que solo sirven para engordar la estructura de poder vigente.
Otro país, en el que valoren tus conocimientos.
Otro país, en el que con tu trabajo e impuestos contribuyas al bienestar de la sociedad y no a alimentar el clientelismo político, la corrupción, el enchufe, ..
Otro país, en el que la clase política trabaje desinteresadamente por su gente y no para su propio beneficio personal.
Otro país, donde los políticos, de verdad, intentan solucionar los problemas de la sociedad y no crear otros problemas o alentar debates estériles para ocultar sus propios fracasos.
Otro país, donde los políticos no vivan en una permanente especulación electoralista y dediquen su tiempo a trabajar en beneficio de su pueblo.
Otro país, donde el interés general esté por encima del interés de partido.
Otro país, donde los políticos, en su ególatra afán de protagonismo y de enriquecimiento, no embarquen a su pueblo en faraónicos y millonarios proyectos inútiles.
En suma, otro país donde impere el sentido común en el comportamiento de sus políticos.

Y se preguntarán….¿existen países así?. Pues hombre, ya se sabe que en todas partes “cuecen habas”, pero no cabe duda, que el punto de corrupción, desfachatez, apoltronamiento y cara dura al que ha llegado la clase política en España no tiene comparación en los países de nuestro entorno.

Y también se preguntarán…., ¿y que conseguimos huyendo?. Pues varias cosas. En primer lugar, trabajo, dinero, independencia económica, reconocimiento y autorrealización, que para empezar no es poco. También aprenderán idiomas, se enriquecerán con la convivencia en otro entorno cultural y hasta puede que formen familia en el extranjero.

Y también se preguntarán…., ¿y cómo afecta nuestra huída a la clase política española?. Pues de entrada, parte de su trabajo, en forma de impuestos, no financiará el despropósito político, tanto nacional como autonómico en el que vivimos. Pero si se generaliza esta actitud, el estado central y el autonómico, cada vez dispondrá de menos ingresos para financiar su perniciosa y putrefacta estructura, con lo cual, se podría llegar a una situación límite en la que el porcentaje de pensionistas en relación a los trabajadores en activo sea insostenible. Veamos si entonces se deciden a no extorsionar más a la población y por fin, empiezan a reducir la brutal y desproporcionada magnitud de la estructura institucional que han creado.

Así que, amigo JASA, ves pensando en viajar a Austria, Noruega, Alemania, Holanda, Dinamarca.., o más lejos si hace falta.

(*) Economista

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