viernes, 14 de septiembre de 2012

La necesidad de su urgente capitalización pone en peligro la supervivencia de BMN

MADRID.- Las auditorías de Oliver Wyman no se conocerán hasta finales de septiembre, el rescate de las cajas nacionalizadas no llegará hasta noviembre y el ‘banco malo’ no será una realidad hasta diciembre. La lentitud en la implantación de la reforma financiera comienza a exasperar a algunos banqueros, que aún no saben a qué atenerse ante la cantidad de detalles que siguen en al aire. Los nervios son especialmente palpables en entidades con el futuro más incierto, como BMN, a juicio de 'El Boletín'.

BMN, surgida de la fusión de Caja Murcia, Sa Nostra, Caixa Penedés y Caja Granada, se quedó compuesta y sin novio después de que el Banco de España suspendiese ‘
sine die’ la subasta del Banco de Valencia, en un momento en que tenía muy difícil poder lograr en solitario los mil millones que necesita para cumplir con las anteriores reformas financieras.

En ese escenario, ha establecido contactos preliminares para fusionarse con Banco Popular, pero la entidad que preside Ángel Ron no dará ningún paso definitivo hasta conocer qué necesidades de capital detecta Oliver Wyman en BMN. Una cifra demasiado alta alejará la opción del Popular y dejará al banco de Caja Murcia al pie de los caballos.

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