lunes, 4 de junio de 2012

Bruselas quiere que los gobiernos puedan intervenir en quiebras bancarias

WASHINGTON.- La Comisión Europea pondrá encima de la mesa una iniciativa legislativa que refuerce la capacidad interventora de los gobiernos europeos cuando un banco esté al borde de la quiebra, lo que podría allanar el camino a los ejecutivos para que puedan forzar un viraje en la gestión de la entidad bancaria e imponer pérdidas a los tenedores de deuda poco seguros.

   La propuesta, que será presentada el próximo miércoles, pretende facilitar que un Gobierno pueda intervenir antes incluso de que un banco quiebre y así pueda anticiparse y evitar el sobrecoste de la capitalización a costa de los inversores y los contribuyentes.
   El documento, al que ha tenido acceso el diario estadounidense 'The Wall Street Journal', explicita el 'modus operandi' a llevar a cabo por los órganos reguladores sometidos a la Unión Europea (UE) a la hora de lidiar con una potencial quiebra de un banco y evitar, en última instancia, un rescate financiero de amplias dimensiones.
   El principal elemento sobre el que gira la propuesta es un conjunto de fondos y pasivos a los que se puede recurrir en caso de que un prestamista se encuentre en problemas. El borrador de esta iniciativa legislativa indica que los bancos tendrían sus propios fondos y bonos equivalentes al diez por ciento de los pasivos, si bien las divergencias radican en la forma en la que los reguladores nacionales podrán definir los mínimos.
   "A largo plazo, en términos de una menor probabilidad de una crisis sistemática, (los beneficios) son sustancialmente más grandes", suscribe la Comisión Europea en el borrador.
   En cuanto a la cuestión de qué pasivos podrán ser incluidos en estos paquetes de fondos a utilizar en coyunturas problemáticas, la Comisión Europea aún debe precisar cuáles serán excluidos, tales como aquellos cuyo periodo de madurez sea menor a un mes o cuyos fondos de garantías sean rechazados por los considerandos de la propuesta, como los derivados.
   Si bien su aprobación podría ralentizarse hasta el año 2014, las autoridades europeas gozarían de una "mayor flexibilidad en su respuesta a quiebras de instituciones financieras grandes y complejas".

No hay comentarios: