viernes, 11 de mayo de 2012

La agencia Reuters recuerda la excesiva exposición al ladrillo de BMN

MADRID.- La banca española se verá obligada a embarcarse en costosas ampliaciones de capital, solicitar aportaciones adicionales de capital público y profundizar el proceso de consolidación para cumplir con las nuevas provisiones adicionales de 35.000 millones de euros, explican analistas y banqueros consultados.

Varias fuentes bancarias no descartaron que la reforma, que inicialmente estaba prevista que se aprobara en su conjunto este viernes, pudiera demorarse más allá del viernes en algún elemento, como el incremento de dotaciones o la desconsolidación de los activos inmobiliarios de los bancos.
No obstante, estas fuentes también señalaron que la urgencia de los mercados y la necesidad de recuperar la confianza de los mercados internacionales en el sector inmobiliario español no permitirían una mayor demora.
"La presión ahora mismo es muy elevada y el descrédito sería enorme si no se aprobase este viernes", manifestó una fuente de una entidad.
En cambio, otra fuente señaló que era preferible tener bien cerradas las nuevas exigencias de provisiones y la parte correspondiente a la metodología de las valoraciones antes de dar luz verde a un plan que no tenga todos los flecos atados.
Una fuente del Gobierno dijo que las negociaciones con el sector eran difíciles y que el texto de la reforma habría sufrido ya varias modificaciones, sin aportar más detalles.
Además de saneamientos adicionales para el crédito inmobiliario "sano", el Ejecutivo está planteando la creación de sociedades fuera de balance ("bancos malos") para avanzar en el saneamiento de las carteras inmobiliarias de la banca, con el fin de convencer a los inversores de que las entidades españolas de crédito no necesitarán un rescate de las instituciones internacionales.
"El principal punto de escollo es la creación de los denominados 'bancos malos'. Es voluntario para aquellas entidades que tienen capacidad para afrontar por sí solas las nuevas provisiones y las dotaciones de febrero pasado, pero para aquellas que no son capaces de afrontarlas se convierte en obligatorio", señaló una fuente de un banco español.
Esta fuente explicó que, para éstas últimas, la eventual valoración de expertos independientes internacionales -Blackrock y Mercer Oliver Wyman suenan como probables candidatos- podría ser incluso más agresiva que la del propio Gobierno y requerir por ello más aportación de ayudas públicas.
Además, los planes del Gobierno tendrán a Bankia como uno de sus principales focos de atención tras su nacionalización parcial.
La nueva regulación afectará además a algunas entidades de tamaño mediano como Banco Mare Nostrum (BMN), Unicaja, Liberbank y Unicaja, que en la actualidad están sondeando diferentes alternativas de integración debido a su elevada exposición inmobiliaria y a su escasa capacidad para afrontar las nuevas exigencias de provisiones en solitario, según recuerda la agencia Reuters.
"Las provisiones que va a introducir el Gobierno suponen un déficit de capital que la banca va a tener que cubrir y todo apunta a que el conjunto de la banca, salvo quizá los dos grandes, van a tener que hacer costosas ampliaciones de capital", dijo Juan Pablo López, analista del sector financiero de Espirito Santo.
Un banquero manifestó, no obstante, que dadas las difíciles condiciones de mercado la posibilidad de realizar ampliaciones de capital se reducirían en gran medida y al final apuntarían de nuevo como solución al recurso del dinero público.
Los bancos españoles, que ya tienen que provisionar con la reforma aprobada en febrero alrededor de 54.000 millones de euros adicionales por los activos considerados tóxicos (adjudicados y créditos dudosos y subestándar), deberán aumentar ahora la provisión genérica del siete hasta un máximo del 30 por ciento en los créditos al sector inmobiliario considerados no dudosos, explicó una fuente del Gobierno.
"Ahora mismo se está negociando incluso esta partida de las provisiones sobre el crédito. Parece que todo apunta a que las provisiones sobre la parte sana podrían rebajarse al 25 por ciento", añadió una fuente.
El Ministerio de Economía no quiso hacer comentarios a este respecto.
En la anterior reforma, las entidades disponían de un año para cumplir con los requisitos que se cargan contra resultados y el plazo se ampliaba a dos años y se permitían hacer cargos también contra patrimonio.
"Parece que no tendría sentido que cambien los plazos después de incrementar las provisiones a una gran parte del sector financiero a la que va a colocar en situación de pérdidas", dijo un banquero que no quiso ser citado.
Fuentes del Gobierno y del sector bancario manifestaron además que el plan de saneamiento se completará con el traspaso de los activos inmobiliarios ya provisionados a nuevas sociedades de gestión inmobiliaria de forma voluntaria.
Fuentes financieras indicaron inicialmente que el Ejecutivo obligaría a las entidades a segregar todos sus activos inmobiliarios problemáticos en sociedades que se disolverán en 10 años. El objetivo final de estas sociedades en todo caso sería la venta de estos activos.
Las dos únicas condiciones iniciales impuestas a los bancos serían que estos solo tuvieran una participación minoritaria en las nuevas sociedades y que estas entidades no podrían actuar como bancos.
"Se va a aplicar el esquema del palo y la zanahoria. El palo son las provisiones y la zanahoria consiste en que si como consecuencia de una correcta provisión de los activos se generan pérdidas, entonces el propio Gobierno incluso te aporta ayudas en forma de préstamos para evitar que tengas que acudir a los mercados haciendo una muy difícil ampliación de capital", dijo Alejando Ruyra, de Kepler.
En este sentido, el propio Gobierno, en el marco del proceso de saneamiento de Bankia, dejó la puerta abierta a aportar el capital que fuera estrictamente necesario para realizar los saneamientos precisos en la entidad y, según los analistas consultados, este podría ser el caso también en entidades de mediano tamaño y con fuerte carga del ladrillo.
En el mercado, las acciones de Bankia se depreciaban el miércoles un 3,7 por ciento a 2,051 euros y acumulan un descenso del 45 por ciento desde su salida a bolsa en julio pasado.
Mientras, el resto de bancos, encabezados por BBVA, registraban subidas de un 7 por ciento, en un movimiento de rebote del mercado español.
Analistas destacaron que Bankia todavía estaba reflejando la incertidumbre sobre cuáles van a ser los planes concretos de saneamiento que va a aplicar el nuevo consejero delegado de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri.
Expertos apuntan a una necesaria reducción del balance de la cuarta entidad española -300.000 millones en activos- en al menos un 30 por ciento y a una aceleración de desinversiones.
El propio Banco de España recordó el miércoles a la entidad que entre las medidas que va a tener que tomar figuran fortalecer las estructuras de administración y gestión, el aumento de la profesionalización, así como un programa de desinversiones.

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