jueves, 26 de abril de 2012

El avión militar de la AGA siniestrado hoy en Alcalá de Henares cayó en llamas por un posible fallo en el aparato



MADRID.- El avión de instrucción militar siniestrado esta mañana en el término de Alcalá de Henares cayó en llamas en una zona despoblada de campo de labor cerca de la cárcel de Alcalá-Meco por un posible fallo o explosión en el aparato, según ha informado esta tarde la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes. Agentes de la Policía Científica de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, apoyados por militares, están analizando en un radio de un kilómetro los restos humanos y materiales diseminados. En el caza de formación viajaban dos personas, un capitán instructor de la patrulla Águila, y un alumno de cuarto curso de la Academia General del Aire, de San Javier (Murcia), que tenían planeado un vuelo de instrucción que partía de esa localidad, pasando por Madrid, para regresar a su base junto al Mar Menor.

   Aunque aún se desconocen las causas concretas del siniestro, que ha terminado con la vida de dos militares, todo apunta a que se trate de un fallo en la propia nave C-101, que no llevaba armamento militar, aunque no se descarta también que pudiera influir la escasa visibilidad de la zona debido a la niebla y las nubes bajas.
Fuentes militares también han apuntado que lo más probable es que se haya producido un fallo en el motor, aunque no han descartado la posibilidad del fallo humano teniendo en cuenta las condiciones climatológicas de hoy en la zona.
Tras el accidente, los restos del aparato han quedado diseminados por un área de mil metros cuadrados.
El C-101 se dirigía desde San Javier a la base de Torrejón de Ardoz y no contenía armamento alguno.
   La delegada del Gobierno ha dado el pésame a la familia y se desplazará esta tarde a la zona del suceso para conocer el trabajo de la Policía Científica, de la Guardia Civil y de los militares, que analizan los restos humanos y materiales encontrados en el lugar del accidente.
   Según fuentes de la investigación, los restos humanos, prácticamente calcinados, se hallaban en el interior del avión y tenían los paracaídas desplegados, por lo que se deduce que el instructor, de 35 años, y su alumno, un alférez de cuarto curso de la Academia General del Aire de San Javier, intentaron saltar del aparato pero no les dio tiempo.
   Seis dotaciones de Bomberos de la Comunidad de Madrid y el personal sanitario del Summa se desplazaron esta mañana a la zona. Los Bomberos han procedido a asegurar la zona y a apagar algunos pequeños fuegos que se han producido y los sanitarios ha confirmado la existencia de restos humanos.
   La primera llamada en relación con este suceso se ha producido al Centro de Emergencias de la Comunidad de Madrid sobre las 10.45 horas de esta mañana. Inmediatamente, el 112 ha derivado el aviso a Bomberos y a SUMMA que se han personado en el lugar. El Summa ha comprobado que en la zona donde han quedado esparcidos los restos del aparato, unos 1.000 metros cuadrados, se han encontrado restos humanos. La Policía Científica se encarga de las posteriores investigaciones.
Un testigo del accidente ha explicado que estaba en una parada de autobús cercana a la cárcel de Alcalá Meco cuando oyó "un ruido muy grande" que provenía de un avión que volaba "muy bajo", que poco después se estrelló y generó un gran fogonazo.
"La explosión ha sido en el suelo, y como el tiempo es muy subjetivo, para mí ha transcurrido un mundo desde que oí el estampido hasta que he visto las llamas... Igual ha sido un segundo", ha añadido el testigo, un abogado que tras visitar a su cliente en la cárcel estaba en una parada de autobús.
Adquiridos por las Fuerzas Armadas a partir de 1980, el Ejército del Aire tiene en la actualidad varias decenas de estos aviones, que se utilizan fundamentalmente para instrucción y que son muy populares, ya que también son los que utilizan la Patrulla Águila, la unidad acrobática del Ejército del Aire.
El C-101 es el avión de entrenamiento que más horas de vuelo ha realizado en la historia de la Academia General del Aire, que permite una formación desde las primeras fases de vuelo hasta la transición a los aviones de combate.
Entró en funcionamiento hace ahora 30 años y desde entonces más de 2.000 alumnos se han formado como pilotos del Ejército del Aire.
Los cuatro primeros C-101 se incorporaron a la Academia el 17 de marzo de 1980 y desde entonces realizan sus vuelos. El C-101 superó el 2 de marzo de 2004 la marca histórica de 176.124 horas de vuelo realizadas por la avioneta Bücker BÜ-131 Jungmann. Alcanza una velocidad máxima de 770 kilómetros por hora a 8.535 metros y tiene capacidad para un piloto y un alumno.
Está construido totalmente en España por CASA y su fiabilidad, facilidad de manejo, bajo coste de operaciones y completa instrumentación le convierten en un avión muy adecuado para el vuelo de enseñanza y el vuelo acrobático, según el Ejército del Aire.
Actualmente presta servicio en la Academia General del Aire de San Javier, en Murcia, y el Grupo de Escuelas de Matacán (Salamanca).
El accidente de hoy es el primero de un avión de las Fuerzas Aéreas registrado en España en casi dos años, desde el 24 de agosto de 2010.
Sin embargo no ha sido el primero de un C-101 en España, ya que en septiembre de 2005, en Baeza (Jaén), un capitán del Ejército del Aire murió al estrellarse el aparato que pilotaba contra una vivienda, en la que se encontraban una mujer y su hija de ocho meses, que también fallecieron.

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