martes, 13 de marzo de 2012

El rival de Port Aventura

MADRID.- En conjunto, la apertura del Parque Warner y la construcción de la línea C-3a de Cercanías ha sido un fiasco para la Comunidad de Madrid, dado que al cierre del Cercanías se unen los resultados negativos del centro recreativo tanto a nivel económico como de visitantes, según '20 minutos'.

Las expectativas que Gallardón puso en la inversión nunca llegaron a cumplirse. En 1996, siendo presidente de la Comunidad Alberto Ruiz-Gallardón, Time Warner ofreció al ejecutivo autonómico construir un parque temático basado en sus personajes y en el que la multinacional invertiría 360 millones de euros. Para ello se eligió un terreno de 150 hectáreas (136 campos de fútbol) situado a 25 kilómetros de la capital, en San Martín de la Vega (entonces, con 11.000 habitantes), junto al parque regional del Sureste.

Las obras comenzaron en el año 2000. Gallardón lo inauguró el 5 de abril de 2002. Al día siguiente, los actores Bo Derek y Christopher Lambert daban la bienvenida a los primeros visitantes. La esperanza del presidente regional era que el suyo compitiera con el otro parque temático por excelencia, Port Aventura, inaugurado en Salou en 1995 y que arrasaba entre los turistas. Las expectativas nunca se cumplieron.

Pérdidas millonarias

El coste final del parque se disparó hasta los 394 millones de euros. La Comunidad de Madrid se comprometió no solo a adquirir el suelo, que costó 8 millones de euros, sino que también pagó los 15 kilómetros de vía férrea (85 millones) y la autopista M-45, que construyó mediante concesión y que los madrileños siguen pagando hoy a razón de 64,3 millones de euros anuales.

En marzo de 2004, y ante los problemas de la empresa gestora Six Flags, la Comunidad compró el parque, repartiéndose el accionariado de la siguiente manera: 43,6% para el Ejecutivo; 21,8% para la caja pública regional Caja Madrid; 13% para la inmobiliaria Fadesa, 4,3% para NH Hoteles; 4,3% para El Corte Inglés; 4% para Warner Bros y un 9% repartido entre otras cinco constructoras.

Aguirre intentó recuperar parte de la inversión con dos proyectos distintos, pero la crisis del ladrillo lo impidióEn total, la Comunidad había puesto en el proyecto 160 millones de euros de dinero público que pretendía recuperar al vender su participación y las 221 hectáreas de terreno anexas que poseía cuando el parque hubiese remontado. Sin embargo, en febrero de 2005, la Warner tenía apenas 640.00 visitantes cuando esperaba 2,2 millones cada año. La sociedad, que tenía 1.280 trabajadores, acumulaba una deuda de 226 millones.

Esperanza Aguirre, que sucedió a Gallardón en 2003, se marcó como objetivo prioritario desprenderse de este lastre. Lo consiguió en 2006, cuando vendió a Fadesa su parte por 26 millones de euros. Además, convenció al Ayuntamiento de San Martín de la Vega para ampliar la edificabilidad (que no recalificar) de los terrenos regionales anexos al parque.

En ellos, Fadesa ganaba el derecho a construir varios hoteles y centros comerciales, mientras que la Comunidad ingresaría dinero gracias a las plusvalías del terreno. Sin embargo, Fadesa protagonizó en 2008 la mayor quiebra de una inmobiliaria en España. Con ella cayeron también las perspectivas de la Comunidad de recuperar su inversión.

En 2010, con la crisis del suelo en pleno auge, Aguirre intentó convencer a la Universidad de California (UC) para que diese uso a estos terrenos baldíos y se instalase junto a la Warner. El proyecto, que llegó a darse por hecho, volvió a quedar en nada. El cierre de la línea de ferrocarril pesado supone el epílogo del proyecto. Hoy, el Parque Warner, en pérdidas, sigue abierto, pero gestionado por Parques Reunidos, mientras que la Comunidad se desvincula definitivamente de él.

No hay comentarios: