sábado, 4 de febrero de 2012

HUERMUR denuncia el derribo de una de las últimas edificaciones civiles del siglo XVIII que quedaban en la Huerta de Murcia


MURCIA.- "Tal y como HUERMUR viene advirtiendo desde hace unos años, el abandono y la desidia van a terminar en poco tiempo con el patrimonio cultural murciano. Al mal estado de conservación de gran parte de este patrimonio, principalmente el que se encuentra en la Huerta, como molinos, casas torre, castillos como el de  Monteagudo o el Castillejo, o la antigua red de regadío, hay que añadir las que ya han desaparecido en estos últimos años ante la indiferencia de los responsables de su mantenimiento y conservación", dice esta asociación cultural en un comunicado. 


"La última víctima de esta sinrazón ha sido la Casa-torre del Conde de Heredia Espínola o Casa Grande en Alquerías. Hoy este edificio de estilo barroco del siglo XVIII, que era la antigua casa de tributos del Conde, ha quedado reducido a un montón de escombros y todos los murcianos hemos perdido un elemento más en nuestro ya mermado patrimonio cultural", prosigue. 


Casa Grade estaba protegida con GRADO 2-ED, incluida en el Catálogo del Plan General de Ordenación Urbana en su ficha número 270, estableciéndose en ella que se deberían conservar tanto la volumetría original como la estructura portante fundamental, así como la disposición de vanos en las fachadas y los elementos ornamentales y compositivos más significativos. A esto había que añadir que tenía un escudo heráldico en su fachada principal declarado bien de interés cultural, gozando así de la máxima protección que otorga la Ley. 


"Es por ello que se ha presentado denuncia en el SEPRONA de la Guardia Civil para comunicar los hechos referentes al derribo de Casa Grande y la desaparición de su escudo, solicitando a este departamento del instituto armado, encargado de las investigaciones sobre patrimonio histórico, que comience las diligencias conducentes a esclarecer todos los hechos que rodean a la pérdida de este edificio histórico protegido en nuestro municipio en un caso muy similar al del Molino de Oliver en Aljucer, que ha conducido al primer caso judicial por un delito contra el patrimonio en la Región de Murcia por la destrucción de un escudo BIC", revela HUERMUR. 


"Hace unas semanas, y en respuesta a una solicitud de esta asociación, se recibió la notificación de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales denegando la protección como BIC de las pocas casas-torre que nos quedan en el municipio,  diciendo que ya se encuentran suficientemente protegidas por el Ayuntamiento de Murcia, una afirmación que como se puede comprobar con el reciente derribo de Casa Grande no es cierta. 


El Ayuntamiento de Murcia alegó a la declaración de BIC presentando un informe firmado por el Jefe del Servicio de Planeamiento de la Gerencia de Urbanismo, pronunciándose en contra de dicha protección y afirmando que las casas torre de la Huerta no son “un testimonio determinante de una cultura sino más bien es una edificación residencial producto de una tipología arquitectónica representativa únicamente de una clase social pudiente económicamente” y que son edificaciones abundantemente reproducidas y “en ocasiones con imitaciones muy logradas”, relata HUERMUR.  


"HUERMUR manifiesta que ante estas afirmaciones como respuesta a una solicitud de mayor protección, ya que la que existe no es suficiente, solo cabe estupor y rogar para que estos edificios singulares de la Huerta de Murcia no desaparezcan víctimas del abandono, el desinterés y la incultura.  


Así mismo, HUERMUR está ultimando un estudio sobre la situación actual de las edificaciones incluidas en el Catálogo de edificios y elementos protegidos del Plan General de Ordenación Urbana del Municipio de Murcia. A pesar de esta protección, de momento ya está constatada la desaparición de una veintena de edificios históricos en el casco urbano de Murcia en tan solo diez años. En las pedanías de la Huerta hasta ahora se han contabilizado diez, y en el campo de Murcia se está recopilando información para ver la situación de las edificaciones protegidas. 


Las conclusiones del estudio determinan que parece imposible que en tan solo diez años los murcianos vayamos a ver nuestro listado de edificaciones históricas protegidas reducirse de este modo, siendo difícil de creer que, en el siglo XXI y en ese breve espacio de tiempo, un pueblo y sus representantes políticos hayan consentido la desaparición de una parte tan importante de su patrimonio. Además, resulta evidente que la protección cultural en Murcia es completamente ineficaz y que el Catálogo queda en papel mojado. Evidenciando que tampoco se promueven medidas que ayuden sus propietarios a la rehabilitación de estos edificios protegidos, entrando así en la dinámica habitual de abandono-degradación-ruina y derribo.


 En esas mismas conclusiones se establece que la destrucción ha afectado a una parte importante de las edificaciones civiles del siglo XVIII, pertenecientes al periodo de más esplendor en Murcia.


 Se ha detectado que algunas de esas edificaciones han sido sustituidas por imitaciones, lo que se conoce como falso histórico, con el consentimiento y beneplácito del Ayuntamiento de Murcia". 


Según la citada asociación, "la dejación y desidia por parte de la Administración y la actitud de algunos propietarios, está desembocando en la pérdida para las generaciones futuras del patrimonio cultural de un pueblo, y dejándolo sin sus señas de identidad, que es lo que nos diferencia y de lo que deberíamos sentirnos orgullosos, ocasionándose un gravísimo daño a nuestra imagen y anulando las posibilidades turísticas de nuestro municipio".  


HUERMUR está solicitando reuniones a todos los partidos políticos y asociaciones ciudadanas para informarles de la situación y mostrar la documentación recopilada con el estudio. 


"Es necesario dar la voz de alarma porque, si un pueblo no reacciona ante la pérdida de sus valores culturales y su identidad, terminará lamentándolo. No se puede consentir que se repitan los errores del pasado, cuando se destruyó gran parte del casco histórico de Murcia con la pérdida de los baños árabes y otros edificios históricos, dejando a Murcia sin unas posibilidades turísticas que hoy estaríamos disfrutando todos, al igual que sucede en otras ciudades que si han sabido respetar la herencia de sus antepasados", razona. 


"HUERMUR, una vez más y de la mano del resto de entidades pro-patrimonio con las que colabora habitualmente, no descarta solicitar la unión de asociaciones y partidos políticos para iniciar el comienzo de las actuaciones judiciales necesarias para pedir responsabilidades ante esta destrucción del patrimonio cultural de todos los murcianos", concluye su nota de prensa.

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