MURCIA.- Para la candidatura Asamblea Para el Senado, la corrupción política en Murcia no es coyuntural, sino que tiene carácter estructural, está implantada en las Administraciones Regional y Local, y se ampara además en una Administración de Justicia lenta, ineficaz y muy débil para con los poderosos.
Todos los casos que hemos conocido estos años , que hemos de presumir que sólo son una pequeña parte de la corrupción realmente existente, son el fruto de la concurrencia de prolongadas mayorías absolutas, la falta de controles preventivos y la ausencia de transparencia en la vida pública, en un contexto de economía fuertemente especulativa que prosperó en la región en los años del boom inmobiliario y la orientación económica que imprimió el gobierno regional del PP, que sólo la irrupción de la crisis ha ralentizado (en absoluto ha cesado).
Los aparatos de los partidos mayoritarios contribuyen enormemente a que esto sea así de dos maneras: en primer lugar protegiendo a los suyos y permitiendo que condenados e imputados concurran a las elecciones o permanezcan en sus cargos públicos, así como manteniendo sus candidaturas sin renovar legislatura tras legislatura, así fabrican a los “profesionales” de la política que acaban sirviéndose del cargo público para beneficio propio.
Ninguno de los dos grandes partidos que quieren el monopolio de la vida pública tiene voluntad real de terminar con este estado de cosas. Tiene razón la ciudadanía cuando identifica a esos políticos profesionales como uno de los más grandes problemas de nuestro país.
Para contrarrestar esta situación y erradicar este cáncer desde Asamblea para el Senado proponemos, entre otras medidas, abrir la vida pública a la participación real de la hoy excluida ciudadanía, implantar por ley la transparencia obligatoria de la vida pública, establecer el sistema de listas abiertas para el Congreso y en las asambleas regionales y municipios, reformar la legislación electoral para que no conculque el principio de igualdad de todos los votos, regular la limitación de mandatos de los cargos electos, la rendición de cuentas de los electos, excluir a los corruptos de la vida política, y establecer un riguroso sistema de incompatibilidades que evite la connivencia de los representantes públicos con intereses particulares.
Todos los casos que hemos conocido estos años , que hemos de presumir que sólo son una pequeña parte de la corrupción realmente existente, son el fruto de la concurrencia de prolongadas mayorías absolutas, la falta de controles preventivos y la ausencia de transparencia en la vida pública, en un contexto de economía fuertemente especulativa que prosperó en la región en los años del boom inmobiliario y la orientación económica que imprimió el gobierno regional del PP, que sólo la irrupción de la crisis ha ralentizado (en absoluto ha cesado).
Los aparatos de los partidos mayoritarios contribuyen enormemente a que esto sea así de dos maneras: en primer lugar protegiendo a los suyos y permitiendo que condenados e imputados concurran a las elecciones o permanezcan en sus cargos públicos, así como manteniendo sus candidaturas sin renovar legislatura tras legislatura, así fabrican a los “profesionales” de la política que acaban sirviéndose del cargo público para beneficio propio.
Ninguno de los dos grandes partidos que quieren el monopolio de la vida pública tiene voluntad real de terminar con este estado de cosas. Tiene razón la ciudadanía cuando identifica a esos políticos profesionales como uno de los más grandes problemas de nuestro país.
Para contrarrestar esta situación y erradicar este cáncer desde Asamblea para el Senado proponemos, entre otras medidas, abrir la vida pública a la participación real de la hoy excluida ciudadanía, implantar por ley la transparencia obligatoria de la vida pública, establecer el sistema de listas abiertas para el Congreso y en las asambleas regionales y municipios, reformar la legislación electoral para que no conculque el principio de igualdad de todos los votos, regular la limitación de mandatos de los cargos electos, la rendición de cuentas de los electos, excluir a los corruptos de la vida política, y establecer un riguroso sistema de incompatibilidades que evite la connivencia de los representantes públicos con intereses particulares.
1 comentario:
La Asamblea para el Senado podrá criticar sobre esto y aquello, pero si alcanza su candidato el Senado su tarea en tan venerable institución será nula, como la del resto de sus afortunados colegas.Delendum est senatum.
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