domingo, 9 de octubre de 2011

De Polaris World a Cabo Cortés / David Navarro

El problema de la CAM no es tanto el ladrillo como el barro que acumula a sus pies. Es decir, la enorme cantidad de créditos que ha concedido para la compra de suelo, un activo que en estos momentos ha perdido la mayor parte de su valor -la caída de precio ha sido mucho más que en la vivienda terminada- y para el que prácticamente no hay salida ni la habrá hasta varios años después de que se reactive el sector de la construcción.

Se trata, además, de préstamos especialmente castigados por la normativa del Banco de España, que obliga a realizar provisiones muchos mayores de lo habitual cuando alguno de ellos registra un impago, lo que estaría en el origen de una parte importante de las pérdidas de 1.136 millones que ha registrado la caja durante el primer semestre del año, según las fuentes consultadas.

El último balance presentado por la entidad revela que la CAM tiene en estos momentos concedidos créditos por valor de 3.717 millones de euros para la adquisición de terrenos. Aunque en términos absolutos se trata de una cifra menor a la que presentan BBVA, la Caixa o el Santander (ver gráfico adjunto), en proporción la exposición de la caja alicantina al suelo es hasta cuatro veces mayor que la de cualquiera de los anteriores.

En concreto, la CAM destina hasta el 8% de sus préstamos a esta finalidad cuando para el BBVA sólo supone el 1,9% de su negocio; para el Santander el 2,2%; y para la caja catalana el 2,4%. Incluso para el SIP liderado por Caja Murcia, BMN, que al igual que la alicantina apostó muy fuerte por el sector de la construcción, el porcentaje es significativamente menor, del 5%, según los datos en poder de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Adjudicados y participadas
A estas importantes cifras hay que sumar también los casi 700 millones de euros en terrenos que la CAM ya ha tenido que quedarse fruto de los impagos de los empresarios, y todo el que poseen las numerosas promotoras y sociedades inmobiliarias en las que participa -bien directamente o bien a través de su filial Tenedora de Inversiones y Participaciones S. L.- y que no aparece reflejado en su balance.

"Una exposición tan elevada no es lógica, sin embargo, es cierto que algunas entidades financieras participaban directamente en el accionariado de inmobiliarias, actuaban como copromotores y codesarrolladores de suelos, habiendo obtenido por esta vía importantes beneficios durante la época del 'boom'", recuerda el jefe del departamento de Suelos de la consultora CB Richard Ellis, Samuel Población. En otras palabras, que si ahora supone un lastre, hace unos años el suelo era una forma de obtener dinero rápido y uno de los mecanismos que permitió el exagerado crecimiento y expansión de la CAM bajo la tutela de Roberto López Abad.

El gran problema son los terrenos que no se vendieron a tiempo, antes de que empezara la crisis. Según los datos de la citada consultora, en el caso del suelo que todavía está sin urbanizar la caída de precio ya es superior al 70% y los descuentos son aún mayores en aquellas zonas donde lo que predomina es la segunda residencia. "Tienen una demanda prácticamente nula en el mercado. No hay operaciones salvo las daciones en pago de promotores a entidades financieras", explica Población.

Más inestable que la vivienda
En los solares urbanizados y ubicados dentro de cascos urbanos la devaluación es algo menor, oscila entre el 30% y el 60%, en cualquier caso una caída mucho más pronunciada que la registrada por la vivienda terminada. En definitiva, "es un activo mucho más ilíquido", más difícil de vender, añade el experto.

Por este motivo, también el Banco de España, cuando el otoño pasado decidió cambiar la normativa para elevar las provisiones por los impagos del sector inmobiliario, penalizó con mayor dureza los créditos sobre suelo. Así, si para una vivienda habitual el supervisor exige que se descuente de su valor de tasación un 20% a la hora de calcular las dotaciones que corresponde realizar, en el caso de los préstamos avalados con terrenos se exige un recorte del 50%.

Éste sería uno de los motivos que han provocado que las pérdidas de la CAM hayan sido tan abultadas, sobre todo si, como denuncia el principal sindicato de la caja, el Sicam, los administradores designados por el FROB han obligado a reclasificar como morosos o subestándard la mayoría de estos préstamos, con independencia de que estuvieran o no al corriente de pago. La decisión sería lógica, hasta cierto punto, ya que evitará problemas al futuro comprador de la CAM.

En total la entidad alicantina acumula 12.677 millones de euros en créditos a promotores de los que ya más del 50% están en situación de mora y otro 10,8% tienen problemas de pago.

De Polaris World
a Cabo Cortés

Han sido numerosas las aventuras inmobiliarias de la CAM que han finalizado en un rotundo fracaso. Entre ellas destaca, por ejemplo, su más que decidido apoyo a Polaris World, que en 2009 le obligó a quedarse de una sola tacada con 122 millones de euros en terrenos y promociones sin finalizar, según consta en su Informe de Gobierno Corporativo del citado ejercicio. La caja se unió a otras entidades que también recibieron suelo de la promotora murciana y crearon la firma Inversiones en Resorts Mediterráneos aportando los citados terrenos como capital. 

El año pasado ofrecieron este suelo para el parque que la Paramount quiere construir en la vecina región. La CAM también se vio atrapada en el fiasco de la macrourbanización de Francisco Hernando "El Pocero" en seseña, aunque aquí fueron viviendas sin cédula de habitabilidad lo que tuvo que quedarse a cambios de saldar deudas. Igualmente, la caja alicantina se vio afectada por las quiebras de Martinsa, Nozar, Sacresa o Habitat. 

En estos momentos uno de los proyectos más polémicos en los que participa es la urbanización que promueve su participada Hansa Urbana en Baja California, México, donde pretenden construir miles de viviendas junto a un espacio natural protegido.

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