lunes, 26 de septiembre de 2011

Pese a las turbulencias del mercado Egea quiere sacar 'Mare Nostrum' a Bolsa a finales de año

MADRID.- Banco Mare Nostrum (BMN) es la entidad que tiene más avanzados sus planes para salir a Bolsa. Remitió el borrador del folleto de colocación hace unas semanas a la CNMV, si bien las turbulencias del mercado han paralizado este proyecto. No obstante, BMN mantiene esta opción en su calendario, aunque fuentes próximas a la entidad reconocen que será más tarde de lo previsto en un principio, según 'Cinco Días'.

Pero hasta que llegue ese momento está centrada, como muchas otras de sus competidoras, en atraer inversores entre los grandes fondos internacionales. Cuenta con un plazo extra que le ha dado el Banco de España de un mes, el de octubre.
Las mismas fuentes afirman que en estos momentos hay tres fondos interesados en invertir entre 200 y 250 millones de euros.
En total, el grupo que preside Carlos Egea tiene unas necesidades de capital de 486 millones de euros para alcanzar una solvencia del 10%, la cota exigida por el Banco de España a las entidades que no cotizan.
En los últimos meses, y gracias a la venta de viviendas de promotores en su red de sucursales que han pasado a computar como créditos hipotecarios (estos consumen mucho menos capital), la entidad ha conseguido reducir su déficit en 151 millones de euros y elevar de esta manera su core capital del 8,3% al 8,8% actual.
Pero el Banco de España tiene una fecha marcada en rojo en su calendario: el próximo viernes 30 de septiembre. Para ese día, las cajas en la cuerda floja deberán haber conseguido recapitalizarse con inversores privados o, de lo contrario, serán nacionalizadas y pasarán a manos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). 'Mare Nostrum' ha conseguido excepcionalmente esa prorroga hasta el 30 de octubre para, como sea, conseguir un núcleo fuerte de capital para conjurar eventuales impactos sobre su balance.
La avalancha de emisiones de pagarés anunciada por las entidades españolas estos últimos días ilustra muy bien lo dura que está la batalla por captar fondos. Desde el mes de mayo ninguna firma, ni siquiera las más grandes y solventes, se han atrevido a emitir deuda porque los mercados mayoristas están cerrados, recuerdan los diarios de 'Vocento'.
Es fácil entender que esta feroz competencia complica la existencia de las cajas, que se ven obligadas a pagar mucho más por el ahorro. Sobre todo después de episodios como el del viernes, cuando la CAM suspendió el pago de los intereses de sus obligaciones subordinadas.
La recta final del proceso de saneamiento del sector se complica con la adjudicación de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), que va a requerir una ingente cantidad de dinero público para convencer a los posibles compradores, y también con el debate sobre la necesidad de reforzar otra vez la banca ante la crisis de deuda y la amenaza de recesión.
En fuerte contraste, todas las cifras anteriores empalidecen frente a lo que puede suponer reflotar la CAM, intervenida por el Banco de España el 22 de julio. La entidad murciano-alicantina es «un bicho muy grande y muy feo», que va a costar digerir, según advierte con sorna un ejecutivo de un conocido banco. El informe financiero del primer semestre, publicado esta semana pasada, da una idea del agujero que esconde su balance debido a su exposición al 'ladrillo' y una pésima gestión marcada por la política, los dos grandes males del sector.
Hay que tener en cuenta que la CAM era una de las mayores entidades del país antes de que se iniciara la reestructuración, con más de 70.000 millones de euros en activos. Pues bien, según los datos conocidos estos días, sus préstamos a promotores se elevan a 12.677 millones de euros y de ellos más del 50% está en situación de impago. Este riesgo se dispara al 61% si se incluyen los créditos con alta probabilidad de entrar en mora. Y si se suma también el capítulo de las constructoras y las hipotecas a particulares de dudoso cobro, el agujero ligado al 'ladrillo' asciende a 8.800 millones. Todo eso a día de hoy, pues no hay duda de que en el futuro será mucho mayor.
No es lo único inquietante. La CAM debe, además, afrontar un calendario muy exigente de vencimientos de deuda. Unos 1.413 millones pendientes este año y casi 6.000 millones el siguiente. A todo ello hay que añadir una continua fuga de depósitos por la huida de clientes.
Nada más ser intervenida a finales de julio, el Banco de España tuvo que inyectar en la CAM 2.800 millones de euros de capital y abrirle una línea de liquidez de 3.000 millones de euros, de la que ya ha consumido 500.
Pese a estos números de vértigo, el regulador está decidido a resolver la subasta antes de las elecciones del 20 de noviembre. De hecho, querría adjudicarla a finales de octubre. Consciente de las dificultades que entraña encontrar comprador en las actuales circunstancias, está dispuesto a dar todo tipo de facilidades. Incluso ofrece que el FROB asuma todas las pérdidas que afloren en los próximos 10 años en los activos de riesgo. Hasta ahora, tanto en CajaSur como en Caja Castilla-La Mancha, el denominado Esquema de Protección de Activos (EPA) se limitaba a cubrir una cuantía fija. Con este cambio se extendería un cheque casi en blanco. En concreto, las primeras pérdidas se atenderían con las provisiones de la entidad. En un segundo tramo, hasta los 2.500 millones, el Fondo cargaría con el 80% y, a partir de ahí, con el 90%.
Pero puede que ni por esas. «No es solo el riesgo inmobiliario. Es que ahora, con los mercados de financiación cerrados y sin poder colocar ni un bono, a ver quién puede asumir los vencimientos pendientes», apunta una fuente del sector. Por eso se cree que las entidades medianas no tienen capacidad para acudir a la puja y está por ver si las grandes aceptan entrar y en qué condiciones. Santander, BBVA y La Caixa figurarán en la lista de los interesados que se debe cerrar hoy lunes, pero eso no les compromete a nada. Tan solo a estudiar la operación, y está claro que el Banco de España les ha instado a estar presentes en esta primera fase.
El asunto de la CAM suscita grandes incertidumbres. Para empezar, y dada la dimensión del problema, cabe preguntarse si el FROB tiene capacidad suficiente para afrontarlo. Dispone de unos recursos de 19.750 millones, pero ya tiene comprometidos más de 17.500, incluida la segunda ronda de recapitalizaciones. Es cierto que puede endeudarse más, aunque eso no es fácil para nadie ahora. «Tendemos a pensar que el Fondo es el primo de Zumosol que puede con todo, y no es así», advierte el consejero de una caja.
Otra cuestión es si van a surgir 'otras' CAM. Basta recordar que al cierre de esta etapa van a quedar tres grupos -NovacaixaGalicia, Catalunya Caixa y Unnim- en manos del FROB y con un horizonte complicado.
Las entidades españolas sufren el problema del estancamiento económico y una creciente morosidad por el paro y su exposición al negocio inmobiliario. Al otro lado de las fronteras, la banca europea también se encuentra en la cuerda floja por la deuda soberana que acumula en sus balances, mientras se especula con la quiebra de Grecia. «Todos vamos cojos y vamos a salir a buscar a los mismos inversores, a tocar las mismas puertas», explica de manera gráfica Jordi Fabregat, profesor de ESADE, para dar a entender la feroz competencia que existe a la hora de captar fondos en un mercado seco. De ahí que cada vez se apueste con más fuerza por una nueva ronda de recapitalizaciones con dinero público.
En opinión de Fabregat, España debería haber empezado antes la reestructuración del sector aunque, en general, valora de forma muy positiva el proceso. «Ha costado tiempo, pero el Banco de España ha hecho un buen trabajo. Se ha quitado a los políticos de los sillones de las cajas y se ha dado entrada a los técnicos», apunta.
En cambio, el resultado es muy negativo para José María Martínez, secretario general de Comfia-CC OO. «Como no se actuó antes, tras la caída de Lehman Brothers, lo que ha hecho el Banco de España es regalarlas y acabar con su modelo. Eso perjudicará a los menos pudientes, porque las cajas atendían las necesidades de gente que no tiene cabida en otros lugares», se lamenta.
En el sector, mientras, se muestran satisfechos con su transformación. Como se pretendía, se ha pasado de 45 entidades, con un tamaño medio de 28.504 millones de euros, a 15, con un volumen medio de 85.522 millones. Para su capitalización se han constituido 14 bancos y tres de ellos -Bankia, Caixabank y Banca Cívica-, que suman el 50% del sector, ya cotizan en Bolsa. De hecho, en el mapa actual solo quedan dos pequeñas como cajas en sentido estricto: la levantina Ontinyent y la balear Pollensa.
En paralelo, se ha acometido una profunda racionalización. Se ha reducido la plantilla de 135.415 a 121.229 empleados, y las oficinas de 25.051 a 21.750. Pero el proceso aún no ha terminado.

Movilizaciones en Caja Granada contra traslados

Más de doscientos trabajadores se han concentrado hoy a las puertas de la sede central de CajaGranada para mostrar su rechazo a los traslados previstos por la entidad financiera, según el Comité de Empresa, a raíz del proceso de integración en el banco BMN.
Así lo ha explicado el delegado sindical de CCOO Amador Torres, que es presidente del comité y que ha precisado que se trata de la tercera concentración de este tipo que llevan a cabo, aunque la primera que se hace en el exterior de los servicios centrales.
Pretenden con ello "exteriorizar" su protesta y que la sociedad de Granada conozca lo que conllevaría para el empleo los planes previstos por la dirección de la caja.
En este sentido, ha recordado que los sindicatos defienden que los traslados a la sede central de BMN, en Madrid, puedan ser de carácter voluntario y se muestran contrarios a la consecuente pérdida de "activos" laborales para la ciudad de Granada, muchos de ellos empleos ligados a la calidad, el desarrollo o la investigación.
Además, lamenta la falta de transparencia por parte de la caja en todo el proceso, ya que los empleados desconocen por el momento cuál será su futuro, si deberán ir a Madrid o a cubrir prejubilaciones en otras zonas, o el calendario previsto por el grupo, que componen además Caja Murcia, Sa Nostra y Penedés.

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