viernes, 20 de mayo de 2011

Una Murcia deformada / Miguel Ángel Esteve *

Por mucho que intento limpiar mis anteojos mi percepción de la realidad murciana resulta muy distinta a la de mis paisanos. Veo Murcia como la expresión de un modelo de crecimiento fracasado, que ha arruinado en una proporción similar a personas y paisajes. Inversiones convertidas en pasivos monstruosos, con el concurso de las cajas de ahorro, y obras ociosas que han malgastado el territorio e impedido otras opciones de desarrollo. 

También ha facilitado el abandono escolar y el paro juvenil. La base del problema está en una especulación local del suelo -principalmente inmobiliaria, pero anteriormente agraria- colaboradora necesaria de las fuerzas especulativas financieras globales. Este modelo fue implementado en España por el PP de Aznar, con un PSOE indolente, sin excesivas alternativas. Para mí, el componente diferenciador de la crisis española procede del periodo gobernado por el partido popular. La incapacidad del PSOE de anticiparse y gestionar socialmente la crisis tampoco debe ser obviada, pero a cada uno sus responsabilidades. 

No obstante, el 60% de los murcianos responsabiliza sólo a Zapatero, cuando para mí la crisis es una ecuación asociada con Aznar, Valcárcel y el respectivo alcalde. La realidad objetiva es muy diferente a la percibida. En esto los populares son unos expertos. Un buen anclaje atávico (el agua para todos) y un buen antagonista externo (Zapatero o las autonomías que ceden el agua), facilitan el trabajo. 

La cortedad de miras, la exaltación de la pillería y la especulación a pequeña escala, y la escasa sensibilidad socioambiental de los murcianos contribuyen sin duda. Yo, sinceramente, me siento profundamente defraudado por muchos de mis paisanos, que aceptan sin rechistar una Murcia popularmente deformada. 

Murcia necesita un cambio profundo. Hemos desaprovechado un ciclo expansivo tan insostenible que ha resultado efímero. Construíamos 45.000 viviendas al año y nos parecía lógico. Las heridas en el territorio durarán décadas, una hipoteca ambiental insoluble. Y lo hemos desaprovechado como lo hacen los nuevos ricos, de forma espúrea. Hemos arruinado personas, haciendas locales y la propia hacienda regional, que ha truncado muchas políticas sociales y ambientales en un ajuste traumático que parece no ser percibido por la ciudadanía, que sigue hipnotizada con la purpurina en que se convirtió el ladrillo de oro. 

Al parecer, todos los murcianos quisiéramos ser especuladores de mayores y no nos interesa buscar culpables en las cercanías. Los preferimos fuera. Aceptar que, por una ambición desmesurada, hemos sido nosotros mismos y nuestros políticos y financieros más cercanos los constructores de la crisis regional sería admitir nuestra propia dosis de responsabilidad, un paso imprescindible para la solución. Murcia necesita un cambio profundo de mentalidad y actores políticos. 

Algunas claves para este cambio las encontramos en El Otro Estado de la Región. Informe 2011 del foro ciudadano de la Región de Murcia. Su consulta nos permite pensar que Otra Murcia es Posible. Dale una oportunidad, el próximo 22 de mayo sé honesto y no apoyes a los causantes locales y regionales de la crisis. 

(*) Profesor de Ecología y ex diputado regional

http://www.laverdad.es/especiales/elecciones/murcia/2011/noticias/murcia-deformada-20110519.html

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