sábado, 26 de marzo de 2011

La CAM y Cajastur tienen cuatro días para decidir si rompen o mantienen la fusión

ALICANTE.- La tensión entre Cajastur y Caja Mediterráneo (CAM) tiene fecha límite: el 30 marzo. Este es el plazo que les ha dado el Banco de España para que alcancen un acuerdo sobre si siguen adelante con su fusión o si presentan un nuevo proyecto. El 30 se celebrarán las respectivas asambleas de cada caja para aprobar la segregación de activos al Banco Base. Para entonces, salvo acuerdo o ruptura antes, se conocerá si hay consenso en las valoraciones de los activos con los que la entidad alicantina formará parte del Banco Base, donde también está, además de Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, informa 'El País'.

El proyecto es de importancia para todo el sector financiero ya que esta fusión es la tercera entidad con 124.127 millones de activos. El conflicto está en la valoración de los activos: los asturianos quieren que la CAM represente el 27% del Banco Base frente al 40% firmado inicialmente. La caja de Alicante-Murcia tiene 70.000 millones en activos, con una morosidad del 8,7%. 

La razón de la rebaja es el gran número de activos dañados, según fuentes asturianas. En Alicante no se quiere reducir lo pactado y mantienen la participación del 40%. 

En caso de ruptura, la CAM podría acabar en manos de La Caixa, el Santander o el BBVA. Si no llegara ninguna entidad privada, sería el Banco de España el que nacionalizara la CAM.

Para Banco Base también es un problema perder a la CAM porque quedaría como una entidad mediana, de 55.000 millones de activos.

En la caja alicantina había ayer malestar y cierto desconcierto con una situación que se atribuye al intento de Cajastur de incrementar su cuota de poder a costa de la CAM. "Peor imposible", resumía la situación un consejero de la entidad.

La CAM insiste en que la mejor salida para todos, incluido para el Banco de España, es mantener el acuerdo de fusión y darle el espaldarazo definitivo el miércoles. Ayer, de hecho, se negociaba en Madrid en esta línea.
Mientras, el Banco Base presentará el lunes su propuesta de capitalización ante el Banco de España. 

Y pese a las discrepancias entre Cajastur, que prefería acudir a las ayudas del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) y la CAM, que se decantaba por la salida a Bolsa, el consejo del Banco Base acordó días atrás recurrir a la primera opción. Un acuerdo que contó con el apoyo de los consejeros nombrados por la CAM.

Fondo noruego

El Fondo de Pensiones del Gobierno Noruego, el segundo mayor fondo soberano del mundo, quiere invertir en el sector de las cajas de ahorros españolas. "Creemos que la reestructuración del sistema financiero supondrá una oportunidad para lograr buenas rentabilidades", argumenta Jan Fredrik Qvigstad, subgobernador del Banco Central de Noruega y principal directivo del fondo. Con este propósito la institución nórdica firmó a principios de este año un mandato con una gestora española que será la encargada de sondear el mercado.

El nombre del socio local no se ha hecho público. Sobre la cuantía del mandato tampoco se han desvelado las cantidades aunque las 45 gestoras externas con las que trabaja actualmente el fondo en todo el mundo reciben de media en un primer momento 500 millones de dólares (casi 360 millones de euros al cambio actual) y si los resultados son buenos Oslo va inyectando más dinero.

El acuerdo con el socio local se centra sobre todo en estudiar oportunidades de inversión en el sector financiero, aunque la gestora también podrá invertir en otro tipo de compañías. El fondo noruego adjudicó hace más de un año un mandato de gestión a Bestinver, aunque la sociedad de la familia Entrecanales no será la encargada de analizar el sector de las cajas.

El fondo soberano noruego gestiona activos por cerca de 380.000 millones de euros y se financia con el dinero que el Gobierno recauda con la producción de petróleo. Tiene intereses en 10.000 compañías en todo el mundo e invierte el 60% de su cartera en Bolsa y el 40% restante en renta fija.

En España tiene inversiones en 80 compañías cotizadas con un valor de mercado conjunto al cierre del ejercicio 2010 de 5.600 millones de euros. Las participaciones más importantes son Telefónica (tiene el 1,7% del capital), Banco Santander (1,7%), BBVA (1,5%), Iberdrola (1,3%), Repsol (1,5%) e Inditex (0,7%). El pasado ejercicio el fondo aumentó la exposición a la Bolsa española, principalmente en el segmento de valores de tamaño medio y pequeño, un área en la que está especializada Bestinver.

El fondo soberano también cuenta con numerosas inversiones en renta fija. En 2010 triplicó el peso de la deuda pública española en su cartera, pasando de 1.000 millones a 3.200 millones. Además, cuenta con bonos de organismos públicos y entidades privadas españolas por otros 7.829 millones. Noruega no es el único país con fondos soberanos que está interesado en el proceso de recapitalización de las cajas de ahorros.

En una gira por varios países del golfo Pérsico a principios del mes de marzo el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, arrancó el compromiso de Catar de invertir 300 millones en estas instituciones mientras que el emirato petrolífero de Abu Dabi dijo que inyectaría 150 millones. De momento, ninguna de estos anuncios se ha traducido en operaciones concretas.

Aparte de los fondos soberanos otros tipos de inversores están mostrando interés por la reestructuración del sistema financiero. Los fondos especulativos (hedge funds) Paulson, Cerberus y Apax han mantenido reuniones con diversas cajas de ahorros para abordar soluciones a sus necesidades de capital después del endurecimiento de las exigencias por parte del Gobierno, según ha publicado el diario Financial Times.

Entre las posibilidades para mejorar su situación de capital se encuentra la salida a Bolsa, pero de momento solo dos cajas, Bankia y Banca Cívica, han confirmado oficialmente su intención de debutar en el parqué.

El fondo soberano noruego tiene muy en cuenta el gobierno corporativo a la hora de invertir en una compañía, un punto flaco hasta ahora de las cajas de ahorros por el peso que tienen los partidos políticos en su gestión.

"En Noruega también tenemos cajas de ahorros y la estructura de propiedad de estas entidades hace que su gobierno corporativo sea más complejo que en los bancos privados. En líneas generales la gestión de estas entidades es más fácil si cuentan con alguien que entiende los mercados", argumenta Qvigstad.

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