viernes, 21 de enero de 2011

¡Huida de Ben Ali! / Fathi Chamkhi *

Nuestra revolución acaba de obtener una victoria decisiva. Ben Ali huyó. Era nuestra reivindicación esencial que hemos satisfecho gracias a nuestra revolución. Estamos muy contentos, lloramos de alegría… Es cierto que todavía no nos damos cuenta de la magnitud de lo que hemos conseguido.

Por otro lado, la fórmula de gobierno que acaba de ser anunciada por la televisión estatal —el primer ministro asume la función de presidente de la república—, es una fórmula chapucera en una situación de conmoción, y por ello débil y con el riesgo de ser muy inestable. 

Además esa fórmula requiere las siguientes observaciones:
- Ben Ali ha sido derrocado pero su régimen continúa. Rechazamos que ese régimen a través de el Partido/Estado en el poder, sus partidos satélites y la pseudo oposición independiente, que se había desmarcado del movimiento popular aceptando la continuidad de Ben Ali, confisque los frutos de nuestra revolución, tratando de quedarse con el poder.

- En 1987, el régimen sufrió una grave crisis. La solución aplicada fue la del propio régimen bajo la forma del golpe de Estado de Ben Ali. Ahora, la solución de la crisis de ese mismo régimen es impuesta por una revolución. Y por ello, le será muy difícil al régimen de imponer su propia solución al pueblo. Tanto más que las masas demostraron durante los últimos 29 días una claridad política y una determinación en la lucha que le será muy difícil a cualquiera que quiera apropiarse de lo que el pueblo arrancó con tanto sufrimiento.

- En este momento es cierto que: en ausencia de una dirección política de la revolución —lo que es en sí bastante original—,de estructuras políticas salidas de la revolución, frente a la debilidad de la oposición independiente y sobre todo de su incapacidad de poder sobrepasar el horizonte del poder de Ben Ali, no existe actualmente ninguna expresión política organizada que se haga eco de las reivindicaciones de las masas.

- Recordemos que casi todos los partidos políticos existentes no cuestionan la política económica liberal que causó enormes prejuicios en Túnez y que ha sido precisamente el detonante de la revolución actual. Lo que pide el pueblo es justamente un cambio radical de la política económica y social en curso, eso es lo que expresó con los eslóganes coreados.
Dicho esto, la historia que estuvo detenida en Túnez durante 23 años, se aceleró en estos últimos 29 días, las cosas cambian muy rápidamente y todavía muchísimas continúan sin definición… 

(*)  Profesor de Geografía y miembro de la Liga Tunecina de Derechos Humanos 

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