sábado, 22 de enero de 2011

Dándole vueltas al tubo / Ángeles Trujillo *

Supongo que, a estas alturas, ya hay muchas personas de la comarca y especialmente de Calasparra, que saben bastante del proyecto de entubamiento de caudales del río Segura desde el Cenajo a las ETAP de Campotéjar y Sierra de la Espada. Gracias a la iniciativa de la Plataforma en Defensa del Río Segura, que organizó una Asamblea Popular en el Auditorio de Calasparra, fue posible dar información, formular preguntas para resolver dudas y expresar opiniones, cosas todas ellas a las que tenemos derecho por el simple hecho de vivir en una sociedad democrática.

Algunos de los que estamos participando en esta Plataforma sabemos de antiguos intentos de entubar parte de los caudales del río. Quizás el más sonado fue el famoso proyecto de la Rambla de Benito, allá por el año 1990.

Afortunadamente, con buen criterio por parte de la administración y de la población, que esta vez si fue escuchada, aquél disparate se aparcó. Los argumentos medioambientales fueron decisivos y la participación ciudadana que los defendió de gran trascendencia.

En el año 2000 este mismo proyecto fue resucitado y se paralizó de nuevo por la oposición, entre otros, del Ayto de Moratalla, según se indica en las alegaciones que se presentan al Estudio de Impacto Ambiental. Parece ser cuestión de décadas.

Viendo estas cosas, y otras más lejanas, que nos cuentan algunos mayores y los distintos documentos, especialmente el BOE, parece como si existiera un terrible dragón con poder de regeneración de su cabeza. Se la cortamos y enseguida aparece otra, Eso sí, cada vez más refinada y con maquillaje de los nuevos tiempos.

No está de más recordar brevemente este nuevo proyecto, por cierto poco divulgado en el 2007, fecha en que aparece en el BOE. Hasta que sale el que consideramos incompleto Estudio de Impacto Ambiental el 25 de febrero de 2010 seguíamos sin saber casi nada. Algunos ayuntamientos presentaron alegaciones al mismo, quedó algún otro que parece ser llegó tarde y no cumplió el plazo marcado. La administración regional y los grupos ecologistas consultados envían sus aportaciones, algunas bastante completas e interesantes. Se rechazan casi todas y empieza a removerse la indignación.

Los que saben algo promueven la Plataforma que intenta ir algo más allá de la oposición a este proyecto, de ahí la denominación que toma de “defensa del río”.

El proyecto en sí, resumido al máximo es el siguiente:
Objetivos: Mejorar la calidad del agua de beber, reducir las pérdidas por evaporación y filtración, incorporar a la mancomunidad de canales del Taibilla los municipios del Altiplano, es decir Jumilla y Yecla. Todo ello contando con que el agua a detraer es los 131 hectómetros cúbicos que, para usos humanos, se nos tienen asignados en el trasvase Tajo-Segura.
 
Para conseguir estos objetivos se plantean unas grandes obras cuyo valor es en principio de 120 millones de euros y para ello se cuenta con un 50% de fondos europeos, aún sin solicitar por los organismos correspondientes.

Obras a realizar:
• Conducción troncal de 70,9 km (Cenajo-Campotéjar y Sª de la Espada)
• Conducciones secundarias o ramales hacia canal de Moratalla- Cartagena (19,7 km) y ramal del Altiplano (25 km)
• Una gran ETAP en el Cenajo
• Varios depósitos y acueductos.
• Tunel del Chopillo de 6 km. y con un diámetro exterior de 3,70 m
• Cuatro instalaciones de recuperación de energía.
• 9 estaciones de bombeo
• Otras obras complementarias.

De acuerdo todos en los objetivos, no tan de acuerdo en la forma de llevarlo a la práctica, porque creemos que, sin entrar a cuestionar que son los técnicos los que tienen que hacer su parte, también es bastante cierto que la sociedad civil ha de participar en la toma de decisiones de cuestiones, que suponen afecciones medioambientales, y elevados costes que se obtienen de nuestra bolsa común.

Lo último sobre el tema son los comunicados diversos en los que se nos dice que el proyecto está paralizado. Hasta ahora son declaración de intenciones porque en el BOE lo único que encontramos es que el 31 de diciembre pasado se recoge el acuerdo de la Sociedad Estatal de Aguas de las Cuencas Mediterráneas por el que se desiste de la adjudicación de las obras correspondientes a la toma de la presa en el Cenajo hasta el inicio del túnel del Chopillo. Esto es una cuestión puramente administrativa, dado que el proyecto salió a concurso con los pliegos de contratación de Aquasegura, sociedad que ha quedado absorbida por Acuamed.

Lo anterior nos ha dado un respiro y un espacio de tiempo para la reflexión y nuevas acciones, pero el proyecto sigue en pie. Como alguien decía en la reunión de la Plataforma “el proyecto está descabezado pero no retirado”. Mientras no aparezca su derogación no podemos quedarnos tranquilos.
 
Tal como dice Manuel Buitrago en su artículo en La Verdad , es posible que los partidos políticos quieran utilizar este asunto como arma electoral, no en vano nos encontramos prácticamente inmersos en la campaña previa a las elecciones de mayo próximo. Existirán otros intereses, no me cabe duda, pero creo afirmar que muchas de las personas que andamos en este compromiso, no tenemos más afán que hacer posible que el llamado desarrollo no sea perjudicial para el futuro y el daño sea mayor que el beneficio. Por otra parte también nos guía la preocupación por implantar una mejor democracia con más transparencia y participación.

Llegados a este punto y hurgando por hemerotecas y archivos encontramos que hay un problema con el que no contábamos al principio, y que tampoco se aborda en la DEIA, siendo un impedimento tan grave que, por sí sólo, anularía todo el proyecto y el propio estudio.

Tenemos un oleoducto que atraviesa el Cenajo, a 12 km.,en las colas, aguas arriba, que también cruza varios cauces de otros ríos de la cuenca. Disponemos también de alegaciones que se presentaron en su día a este oleoducto, por ejemplo las de ANSE de Calasparra y las de algunos regantes.

En nuestro poder obra un informe de la propia CHS, firmado por técnicos de la misma del año 2000, en el que, aún reconociendo que se han adoptado medidas de seguridad, nadie puede evitar que pueda haber una fisura, con la gravedad que ello supondría, para el agua que consumimos una gran parte de la población regional y de provincias limítrofes, proponiendo por ello fórmulas alternativas.

¿Y por qué es grave esta nueva aportación? No dudamos en absoluto de las medidas que los técnicos de REPSOL adoptaron para garantizar al máximo la seguridad de que no habrían fugas, pero también sabemos que nada humano es infalible y que las leyes de la Naturaleza son a veces caprichosas o no tan fijas como parecen. Tienen un margen de error.

Decía mi abuela que “lo que no pasa en un año pasa en un día”. En efecto ¿quién nos asegura rotundamente que no puede producirse una fuga y contaminar las aguas? ¿Qué habría que hacer entonces? ¿Vaciar el pantano? ¿Dejar que bajase el agua y contaminar los suelos y llevarlo hasta…Guardamar, porque el río no desagua en el mar?

Por si fuera poco en este momento asistimos a la construcción de un nuevo oleoducto que discurre prácticamente paralelo al anterior, sin que nadie se haya opuesto al mismo y sin que se haya visto la posibilidad de que pase por otras zonas que no sean áreas protegidas. Cuestión de dinero, como siempre. Debe ser este el itinerario más económico. Con este breve texto hemos pretendido informar y aclarar algunas cosas.

Reiteramos nuestra adhesión a los objetivos pero dejando claro que, desde nuestra perspectiva de cuidar el río y todo el entramado social, cultural y ambiental que el mismo crea como vertebrador de nuestra región, nos preocupan proyectos faraónicos en los que muchas veces estamos viendo intereses extraños que ponen como excusa la mejora de la calidad de vida. Por ello apostamos por actuaciones más sencillas que produzcan el mismo efecto beneficioso con menos costes económicos y medioambientales. Y aunque bastante se ha hecho aún nos quedan muchas parcelas por desarrollar para mejorar el agua de nuestros ríos.

En esas estamos y creemos que es un momento trascendental, porque si para algo debe servir una crisis es para ver qué cambios son necesarios en la sociedad y poner a funcionar un don gratuito de los seres humanos: la imaginación.

(*) Ángeles Trujillo forma parte del equipo de portavoces de la Plataforma en defensa del Río Segura, de Calasparra, en representación de Ecologistas en Acción.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bien, mejor, pero seguimos errando y cayendo en la trampa. No hay ningún problema de calidad de agua, el problema es el tubo. En efecto, los trihalometanos son un invento para privatizar el Taibilla.Pero para privatizar, hay que poner en valor el bien público y estratégico que se va a dar a las constructoras: Agua sin conflictos, agua pura del Cenajo y que se puede mezclar con otra y hacer duros a cuatro pesetas. DIA que no habla del oleoducto. Oleoducto que se mete debajo del agua para que no se vea y así no tener que hablar de él en la futura DIA. Como la gente es tonta, y no se entera de nada, metemos por debajo del Cenajo otro 2º oleoducto, por el mismo sitio. Y como somos tontos, la DIA del 2º oleoducto dice que del Cenajo no se bebe agua, por tanto si se rompe no pasa nada. Y como nos toman por más tontos, la DIA del tubo no dice que hay oleoductos. En fin, parece maniobra típica de lobby del hormigón para hacer negocio de lo público engañando a la opinión pública con la salud (trihalometanos).