sábado, 15 de enero de 2011

¿Cuál es la situación real de Caja Murcia y del Banco Mare Nostrum?

MADRID.- Cuál es la verdadera magnitud del agujero inmobiliario de la banca española, qué cantidad de provisiones será necesario para cubrirlo, qué efecto tendrá ese saneamiento en la solvencia de las entidades y de dónde saldrá el capital necesario para apuntalarla. Esos son los grandes interrogantes que pesan sobre el sistema financiero español y que desde hace meses, y con una intensidad creciente, dominan el ánimo de los inversores internacionales, a juicio del diario económico 'Cinco Días'.

España sigue en el punto de mira del mercado, que sospecha no solo del elevado déficit público sino del alto endeudamiento privado en conjunto, fruto de los alegres años del boom inmobiliario. Y la gran pregunta que flota en el ambiente es si la situación de la banca española, una vez queden completamente al desnudo los balances, requerirá la petición de ayuda al fondo de rescate europeo.
La economía española sigue inmersa en un doloroso proceso de desapalancamiento, de digestión de los pesados riesgos inmobiliarios, concentrados especialmente en los créditos concedidos a promotores.

El sector financiero reconoce que las provisiones que se realizarán este año para cubrir los riesgos vinculados al ladrillo serán incluso superiores a las realizadas en 2010 y el propio Banco de España ya apuntó recientemente que prevé que las cajas de ahorros -el eslabón más débil del sistema financiero- realicen provisiones adicionales por 26.000 millones de euros en el cuarto trimestre, un esfuerzo que se hará notar en los resultados anuales que se conocerán en las próximas semanas.
  En opinión de UBS, el sistema financiero español aún está en un punto muy inicial del esfuerzo en provisiones que requerirá la presente crisis. La cobertura actual de los activos inmobiliarios considerados problemáticos -créditos declarados morosos, otros con serias posibilidades de serlo y cubiertos con la denominada provisión subestándar más el conjunto de inmuebles adjudicados en balance- está en el 33%, incluyendo el uso de la provisión genérica.

Son datos oficiales del Banco de España, pero del mes de junio. Y los expertos advierten que la situación se ha deteriorado en el segundo semestre, de modo que los 181.000 millones de activos que el Banco de España considera como problemáticos tendrán a día de hoy una cuantía superior.

"Los inversores internacionales están convencidos de que esos 181.000 millones de euros se quedan cortos. Pero lo realmente preocupante es el grado de cobertura de esos activos", apunta Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada.

Los resultados anuales que se van conociendo dan claras pistas: el banco Mare Nostrum -que engloba a Sa Nostra, Cajamurcia, Penedès y Granada- ha provisionado una pérdida estimada en 4.221 millones de euros. Para UBS, una cobertura del 50% requeriría provisiones adicionales por 60.000 millones de euros y elevar el listón de la cobertura al 60%, supondría un esfuerzo de 89.000 millones de euros.

Los activos bancarios representan cerca del 300% del PIB español con datos de 2009. Y el crédito a construcción y promoción inmobiliaria tenía ese año un peso sobre el PIB español del 40%. Voces del propio sector también reconocen, de puertas adentro, que existe la posibilidad de que sea necesario algún tipo de ayuda para garantizar, una vez afloren en su totalidad los riesgos inmobiliarios, la solvencia del sistema. En especial en las cajas de ahorros.

Según cálculos de Nomura, entidad que ha asesorado al Tesoro en su búsqueda de financiación en el mercado asiático, las cajas necesitan un capital adicional de entre 43.000 y 80.000 millones de euros. Sería la factura de asumir plenamente el coste del pinchazo inmobiliario.

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ya ha prestado ayudas a las cajas por más de 11.500 millones de euros. Y dispone aún de una línea de crédito por 3.000 millones de euros.

La alternativa a ese negativo escenario es que se realice con éxito la profunda reestructuración que atraviesa el conjunto del sector de cajas de ahorros y en el que, según apunta Santiago Carbó, "no hay margen de error, el momento es muy delicado". Los procesos de fusión han reducido el número de cajas en España de 45 a 17, pero el mercado vigila con lupa que esas integraciones sean efectivas y que los SIP (Sistemas Institucional de Protección) no sean un mero envoltorio en el que no se aborden los desafíos necesarios para hacer eficiente la gestión. 

"El mercado no entiende que los SIP de las cajas no se articulen a través de un banco al que derivar todos los activos y el negocio. No le basta con la mutualización de los beneficios", añade Carbó. Y, según apuntan fuentes de mercado, cumplir las altas expectativas del mercado requeriría "un nuevo mapa financiero con cuatro grandes cajas reconvertidas en bancos. Es lo que mejor se entendería".

Desde el sector de cajas reconocen la presión del Banco de España para que las fusiones virtuales sean totales. El primer SIP que ha dado este paso al cien por cien es el formado por Cajastur y la CAM, que han transferido todo el activo y el pasivo al banco que gestionará su negocio. En cambio, en el SIP que lideran Caja Madrid y Bancaja o en el formado por Cajamurcia, Caixa Penedès, Caja Granada y Sa Nostra se mutualiza el cien por cien de los beneficios en un banco de nueva creación, al que no se vuelcan sin embargo los créditos y depósitos de cada caja.

La digestión del stock inmobiliario sigue pendiente y amenaza con elevar las necesidades de capital. El sector reconoce las graves dificultades para la venta del suelo y de los locales y naves industriales en balance, dos tipos de activos en los que se concentrarán la mayor parte de las pérdidas. "Las entidades no están asumiendo pérdidas de más del 10% ó el 15% en sus ventas", señala Nicolás Llari, director de residencial para entidades de CB Richard Ellis.
Para Alberto Prieto, socio propietario de Knight Frank, "las cajas tienen que ponerse a clasificar todo su balance inmobiliario, decidir qué se liquida y qué hay que asumir como pérdida, con estrategias realistas".

La venta de inmuebles ha sido prioritaria en los últimos meses para las cajas, pero tendrá que ser aún más intensa este año para digerir todo el stock pendiente, al tiempo que el sector afronta el aumento de las nuevas entradas de activos -procedentes en su gran mayoría de embargos que se ejecutan ahora tras largos procesos judiciales- y también del incremento que se prevé en la morosidad de promotores.

"La mitad de la provisión subestándar podría convertirse en crédito moroso en los dos próximos años", prevé un directivo de banca. Es decir, la mitad de los 57.600 millones dotados en esa provisión a junio. 

"Puede haber una nueva oleada de insolvencias de promotores, las refinanciaciones que se hicieron hace un par de años fueron idílicas", añade Prieto. Para Llari "este año será cuando la banca se adjudique más activos inmobiliarios por los embargos", si bien cree que las ventas permitirán mantener el conjunto del balance en niveles similares a los actuales.

En definitiva, más provisiones por nuevas entradas de activos y morosidad sin que la puerta de salida para ese balance esté aún despejada. "Estamos en el peor de los mundos, pocos compradores de inmuebles y precios a la baja", señala pesimista el responsable de riesgos de un banco.

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