domingo, 12 de diciembre de 2010

La crisis puede acabar con el actual aparato productivo regional

MURCIA.- El empresario murciano, según un análisis del CESRM (Consejo Económico Social de la Región de Murcia), está asistiendo a tiempos de enorme incertidumbre sobre la continuidad misma de sus empresas y todas las acciones deberían evitar que flaquee la vocación emprendedora en la Región, no justificándose el reducido talante empresarial de los titulados universitarios. 

En definitiva,  recalca la necesidad de elevar el nivel de cualificación de los trabajadores, fomentando la mejor educación obligatoria y la post-obligatoria como base para una renovación del capital humano de la Región en un mercado en el que las empresas no encuentran las cualificaciones que requieren y los contenidos no se actualizan o las prácticas en empresas de estudiantes de FP son manifiestamente insuficientes.

El citado estudio critica los consensos «fáciles» para compartir recursos procedentes de la UE, del Estado o la autonomía, y propone consensos «duros» para tirar de los agentes microeconómicos, las empresas, los trabajadores, negociar renuncias, cesiones, sacrificios y esfuerzos, convencer a los más reticentes del valor de la cooperación, y penalizar a quienes utilizan recursos públicos abusiva o ineficientemente.

Destaca también el papel de la economía social con motivo de la crisis, en parte como refugio cuando otras estructuras laborales y empresariales colapsan, y en parte como oportunidad ante una mayor demanda de sus servicios, por lo general de costes muy ajustados.

El estudio advierte en sus conclusiones que «Murcia no puede seguir exhibiendo el registro actual de fracaso escolar, temporalidad laboral y economía sumergida si quiere verdaderamente transitar hacia una economía más competitiva». 

Subraya que la sociedad murciana «no debe tolerar el abandono escolar o la mediocridad de las cualificaciones de los trabajadores», y así los parados deben exigir formación a cambio de las prestaciones si quieren volver alguna vez al mercado de trabajo y aportar su grado de arena al nuevo modelo productivo al que se tiende en esta autonomía. 

Y añade también que los actuales desempleados –uno de cada cuatro miembros de la población activa– podrán hacer poco con sus actuales cualificaciones, que se degradan a ojos vista, en la nueva estructura productiva que desea la Región de Murcia. 

Del sector de la construcción propugna que se «adelgace» y apueste por mejores tecnologías, mientras que del sector agroalimentario indica que es «seguramente el mayor legado productivo que posee la Región», con una fortaleza en su fuerte base cooperativa.

Finalmente recuerda que Murcia, tras Andalucía y Extremadura, es la Región con mayor tasa de temporalidad (32,7% en 2009) y que uno de los perfiles de los nuevos integrantes de la lista de paro es mayoritariamente un hombre joven, inmigrante expulsado del sector de la construcción.

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