martes, 16 de noviembre de 2010

Lo que Murcia esconde en el subsuelo

ZARAGOZA.- El pasado mes de junio, en una jornada de la Tribuna del Agua, un miembro de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), el hidrogeólogo Francisco Turrión soltó una de esas afirmaciones que hacen resentir los cimientos del debate hídrico en España. “En Murcia no hay escasez”, aseguró. La presencia de numerosos acuíferos, cuya cuantía y capacidad apenas se conoce (sólo hay registrados en España un 20% del total, según la organización Transparencia Internacional), puede distorsionar uno de los principales argumentos que circulan como base de las posiciones trasvasistas, se escribe en www.aragonex.com


El mensaje de Turrión no era inocente ni casual. Quería transmitir a la opinión pú- blica una realidad que ha sido sistemáticamente negada por la confluencia de no pocos intereses, que poco o nada tienen que ver con el agua. En concreto, Turrión se refirió a un acuífero, el de la Vega Media y Baja del Segura, situado entre la capital de Murcia y la localidad de Orihuela; próximo, a una gran urbe y una zona eminentemente agrícola.

Los 1.500-2.000 hm3 que guarda esta zona entre sus tripas suponen más volumen que el agua embalsada en toda la cuenca del Segura si estuvieran llenos (1.100 hm3), porque actualmente apenas alcanza el 20% (200 hm3) de su capacidad. Es decir, como lamenta Turrión, “se ha trasladado a la opinión pública que sólo hay agua del suelo para arriba”, alimentando un discurso “alarmista” que no tiene en cuenta las posibilidades del agua subterránea.

El estudio, dirigido por Turrión, y avalado por la propia la CHS, revela que es posible su uso, mediante una adecuada gestión pública y sostenible. Y eso es lo que se está haciendo en el acuífero de la Vega Media y Baja. Desde el año 2005, los técnicos estudian su comportamiento para medir la capacidad de renovación –seguimiento piezométrico-. Cuatro años, en los que se ha ido aumentando las extracciones hasta los 50 hm3 anuales que se aprovechan en la actualidad.

Las prospecciones, asegura Turrión, confirman que “la capacidad de renovación del embalse subterráneo es alta”.

“Se podría llegar a doblar el volumen” de agua extraída. “Es vital que exijamos a la Administración que gestione los acuíferos de manera sostenible, para que la gente duerma tranquila, sin amenazas de corte de suministro y sin tener que traer el Ebro a Murcia”.

Algunos medios de información murcianos, como el digital Murcia Confidencial, recogieron la noticia: “Los sondeos con éxito de la CHS en la Huerta de Murcia demuestran que aquí no falta el agua”, titulaba. Cada vez son más las informaciones que, sin rodeos, aseguran que, pese al déficit hídrico real, “hay más agua de la que nos dicen”: lo que esconde una amarga sospecha sobre el silencio interesado de la Administración.

Los límites de la
sostenibilidad


Sin embargo, las conclusiones del estudio de la CHS tienen encontrados adversarios, como el hidrogeólogo Juan Antonio López Jeta, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME). Desde esta óptica, el uso de estos recursos subterráneos “sólo es posible en épocas de sequía”.

“No es una solución sostenible en el tiempo”, advierte, “porque hay que esperar a que el agua de la lluvia rellene los acuíferos”.

Desde el IGME se insiste en que no es razonable hacer un paralelismo que haga de los acuíferos una alternativa a los trasvases o la desalación; si bien conceden que el agua subterránea “debería contar en la planificación de la cuenca para aumentar su capacidad real de almacenaje y jugar con estas reservas para mejorar la garantía de suministro”. 

Es decir, oficialmente, la realidad hídrica de la Cuenca del Segura es doble: la que vemos en superficie y la que oculta la tierra.

El mito de la escasez

Entonces, ¿por qué sólo se tiene en cuenta la superficie? El catedrático emérito de Hidrogeología de la Universidad Complutense de Madrid, Ramón Llamas, es tajante a la hora de responder. El problema de la escasez de agua en España, dice el catedrático, “es un mito”.

“Naturalmente, que hay recursos suficientes si se gestionan bien”.

“El problema”, argumenta Llamas, “se debe a la mala gestión y a la falta de transparencia”: la clave, a su juicio, para resolver el conflicto que genera el agua en nuestro país. “De nada sirve que alguien investigue y se lo guarde en un cajón; los datos obtenidos con dinero público deben ser públicos y fácilmente accesibles al público”.

En una conferencia publicada por la Universidad de Alicante, Llamas iba más allá: “La falta de una adecuada concienciación sobre este hecho ha sido y es la causa radical de los frecuentes conflictos sociales y políticos que se han producido a raíz de la aprobación del PHN”.

Sobre la gestión de estos embalses bajo tierra el profesor Llamas tiene una pregunta para nosotros. “¿Qué quiere decir sostenible?”, pregunta. La sostenibilidad, según el profesor, tiene tres dimensiones: la ecológica, la económica y la político-social. Y Llamas cree que en el debate del agua todo el mundo dice medias verda-
des, “que es la peor forma de mentir”.

Costes sin perdidas

Uno de los mayores atractivos para el uso del agua subterránea para regadíos es su propia ubicación: frecuentemente en las proximidades de las explotaciones agrícolas. Esta circunstancia permite ahorrar en infraestructuras y evita pérdidas de agua (se estima que se pierde uno de cada cuatro litros durante la canalización).

Un estudio de la Universidad de Alicante cifra el precio del agua -un m3- extraída de acuíferos en 5,4 céntimos de euro. El precio de la misma cantidad proveniente del trasvase Tajo-Segura cuesta 13 céntimos. Y la del trasvase del Ebro no bajaríaen ningún caso del euro por m3. En lo que se refiere a las desaladoras, dice Llamas, “el plan va con considerable retraso, pero lo más importante es que los agricultores se niegan a pagar el precio que le pide el gobierno aunque este precio- en contra de la legislación europea- va a estar altamente subvencionado”.

El gusto del cliente

Una fotografía fija de la cuestión permite acercarnos a experiencias que, en la actualidad, están dando notables resultados. En la localidad de Puerto Lumbreras, Murcia, una localidad especializada en el ganado y el cultivo de claveles, han pasado de tener que desalinizar el agua a disponer de la calidad suficiente para regar sus claveles directamente del acuífero. A raíz de ello, los vecinos del pueblo firmaron un manifiesto
en favor del programa AGUA.

Lorca o Hellín, donde se extraen cerca de 80 hm3, son otros ejemplos de la misma realidad. “Ahora disponemos de la infraestructura y la tecnología suficiente para sacar agua que hace diez años no disponíamos”, asegura Francisco Turrión. (CHS). El problema, continua, es que la extracción “suele ser privada y clandestina; y estos embalses no pueden estar en manos privadas”.

Soluciones opuestas

Murcia arrastra un déficit de 460 hm3. Desde el sindicato ASAJA Murcia, piden la interconexión de todas las cuencas hidrográficas para aportar recursos excedentarios a las cuencas deficitarias. Para Alfonso Gálvez la situación de los acuíferos en la región de Murcia “es muy preocupante, dada la sobreexplotación a la que los agricultores avocados. Se ven obligados a seguir sacando agua a gran profundidad, de muy mala calidad, con unos costes elevadísimos y con una merma clara de la calidad de las tierras y de las propias producciones”. 

Por eso piden que se realice el trasvase; para poder cubrir ese déficit y al mismo tiempo “proceder a una recuperación ambiental de esos acuíferos”, recargándolos pero compensando a los regantes que dependen de esos acuíferos con agua del trasvase.

Según Gálvez, el acuífero de la Vega Baja del Segura está ahí gracias a las aportaciones por filtración que se han producido del regadío tradicional de la Vega del Segura. Y asegura que “en situaciones de extrema sequía, las autorizaciones de extracción son totalmente insuficientes”. Una extracción excesiva, señalan, afecta al nivel freático y a las medianas poblaciones y pozos de alrededor.

“Si no se produce un regadío en condiciones normales no hay posibilidad de recuperar esos acuíferos. Y por eso, pedimos que se respete el régimen de explotación del acueducto Tajo Segura, y si es posible vayamos a los volúmenes máximos trasvasables, de 600 hm3”.

Al igual que ASAJA, desde COAG alertan de la sobreexplotación de los acuíferos. “Tiramos cada vez más de ellos y hacemos prospecciones cada vez más abajo. Es como el que se está gastando todos sus ahorros”. Aunque no conoce el acuífero de la Media Baja del Segura, asegura que iempre hay que controlar que “la extracción sea sostenible”. 

CARACTERÍSTICAS DEL ACUÍFERO

Profundidad: El agua de superficie del acuífero está a 5-8 metros. Llegando a salir a la superficie en los años más lluviosos. La base del embalse (prisma cuadrangular) llega a los 250-400 m Longitud: Tiene una extensión de 220 km2 hasta llegar a Benejúzar (ya en la provincia de Alicante) donde una barrera impermeable lo aísla del mar. Capacidad: 1.500-2.000 hm3.Calidad del Agua: 1,5-1,8 gramos de sal/litro de agua –apta para caudal ecológico-, llegando a 0,6-0,8 gramos de sal/litro –apta para la red ordinaria-. Extracción: Actualmente se extraen 50 hm3 –lo equivalente al consumo anual de una gran urbe-. Pero, con una adecuada dotación de medios, podría incrementar la extracción hasta los 100 hm3/año. Año descubrimiento: 1978. Entonces se decía que podría albergar 700 hm3.

Estudios: Hasta la fecha se han realizado 60 sondeos, cuyos resultados han sido expuestos en numerosas conferencias. Pero no hay ninguna publicación oficial que respalde dichos estudios. Presupuesto: La investigación de los acuíferos ha supuesto una inversión de 40ME; una mínima parte de los 4.207 ME del PHN.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues este era otro secreto a voces, que se lo digan a los vecinos de la Ronda Sur, que no pueden utilizar los trasteros del garaje, pues la humedad todo se lo come, que sacan agua del subsuelo continuadamente y pagan un canon al ayuntamiento....

Mientras, no se puede uno hacer un pozo en la huerta de Murcia, teniendo el agua a dos metros de profundidad.

Gran parte de los murcianos siguen ese discurso de escasez, de insolidaridad de otros, pero han de saber que el agua del Ebro era para desarrollos urbanísticos, y la del Tajo puede ser necesaria puntualmente, pero tenemos agua suficiente. Mientras en Murcia no llueve, a 100 km de aquí la lluvia cae con gracia en la Sierra del Segura.

Tenemos agua para lo lógico, hagamos cosas lógicas, y no nos faltará agua.