jueves, 28 de octubre de 2010

El 'caso Brugal' pasa por Abanilla, donde aparece gente conocida de la Región de Murcia

ORIHUELA.- Las escuchas policiales realizadas en el marco de la operación 'Brugal' han abierto una serie de investigaciones paralelas entre las que se encuentra la supuesta comisión de un delito contra el medio ambiente por parte del empresario oriolano Ángel Fenoll, revela hoy el diario 'Las Provincias'. 

Según se desprende de la información contenida en el sumario levantado hace unos días por el titular del Juzgado número 3 de Orihuela, uno de los informes policiales revela que existen indicios suficientes para relacionar al dueño de Colsur y Proambiente con este supuesto delito, al verter presuntamente de forma eventual basura en dos fincas de la localidad murciana de Abanilla fuera de la zona del vertedero en colaboración con un tal Francisco Poveda, dueño de las mismas.
En una de las conversaciones registrada el 22 de mayo del 2008, Poveda pide ayuda a Fenoll porque la basura que al parecer se había echado en sus terrenos quedó al descubierto, provocando molestias a los vecinos. En la conversación transcrita bajo estas líneas entre Poveda y el propio Fenoll ambos deciden cómo actuar para evitar que la basura salga y el olor llegue hasta la pedanía oriolana de La Murada. 
Según la Policía Nacional, estos hechos tuvieron lugar cuando Fenoll realizaba todos los trámites pertinentes para conseguir la licencia para un cuarto vaso de vertido en su planta fronteriza entre la Región de Murcia y la provincia de Alicante «y se encontraría en pleno proceso de solicitud de los permisos necesarios que permitirían ejercer su actividad a dicha instalación, al parecer carente de ellos hasta la fecha», dice el informa policial.
 Por otra parte, Fenoll también menciona en conversaciones con su hijo, el también encartado Antonio Ángel Fenoll, en las que dice que «Manolo 'el concejal'», al que los investigadores identifican con el edil Manuel Abadía, «sería conocedor de la situación y trataría de defenderla frente a los vecinos molestos» mientras que contaban con la supuesta colaboración de Rufino Montoro para lograr las licencias. 
Los Fenoll tocaron a las puertas de las administraciones murcianas y alicantinas para conseguir el permiso del cuarto vaso, mientras que solucionaban, al mismo tiempo, el problema ocasionado para conseguir ocultar los vertidos. La Policía indica que mientras, Ángel Fenoll dio el visto bueno para se echaran más residuos de dos tipos, de manera que quedaran ocultos aquellos para los que no tenían autorización.
Días más tarde, el 2 de junio del 2008, la Policía Local llevó a cabo una inspección en la finca de Poveda. En ese momento, los empresarios iniciaron los trámites para minimizar los daños de la misma. Aparte de los agentes policiales, una tercera persona, una mujer, intentó obtener muestras de la basura supuestamente enterrada, y luego llamó también al Seprona. Los Fenoll pusieron en marcha la maquinaria para evitar una posible sanción del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil.
Así, Ángel Fenoll dio indicaciones a sus trabajadores para que taparan la basura y echaran compost en la capa de arriba, mientras que decidieron justificar el vertido como una supuesta compra de residuos por parte de Poveda. Javier Bru, colaborador de Fenoll y ahora concejal del PP en Albatera, fue el encargado de redactar un contrato ordenado por el dueño de Colsur en el que debían aparecer toneladas de basura «porque empezaron hace dos meses a llevarle».
La presión hizo a los empresarios buscar otros terrenos donde depositar los residuos, en este caso en otra finca propiedad del mismo Poveda y denominada Los Corrales, situada en Abanilla. En este sentido, la Policía menciona también al alcalde de esta localidad, Fernando Molina, con quien Fenoll tiene «una estrecha amistad». El primer edil abanillero incluso le solicitó «la contratación de personal de su confianza en el entramado empresarial de Fenoll».

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