lunes, 5 de julio de 2010

La costa murciana sigue igual, o peor, que hace un año, a juicio de ecologistas

MURCIA.- La asociación Ecologistas en Acción ha otorgado 32 banderas negras y 74 puntos negros a las playas del litoral de la Región de Murcia como castigo a su estado de conservación y sus deficiencias en lo que respecta a la calidad ambiental. Entre los espacios evaluados y peor parados, la asociación citó La Manga del Mar Menor, la bahía de Portmán, el Gorguel, Marina de Cope y Cabo de Palos, por ejemplo.

El número de banderas negras -que miden impactos de mayor gravedad como vertidos contaminantes, obras costeras mal gestionadas y agresiones urbanísticas- permanece invariable con respecto al año 2009, en el que la asociación ecologista otorgó otras 32 a la Región de Murcia, mientras que los puntos negros -que miden impactos de menor gravedad y sin ejecutar- sumaron cuatro distinciones más, frente a los 70 del año pasado.

La asignación de estas banderas es el resultado del duodécimo informe de Banderas Negras que realiza la asociación ecologista, titulado 'Caos costero' en 2010, y que pretende analizar el estado del litoral valorando las actuaciones de impacto en el mismo, así como las "tristemente escasas actuaciones" positivas que se desarrollan a lo largo de la costa.

Así lo hicieron saber en rueda de prensa el portavoz de Ecologistas en Acción de la Región de Murcia, Pedro Luengo, y la responsable de Áreas Marinas de la asociación, Natalia Martín, quienes coincidieron en señalar que las principales amenazas que se ciernen sobre el litoral tienen que ver con actuaciones urbanísticas, los vertidos orgánicos, industriales, regeneraciones en playas y la construcción de puertos de interés general y particular.

Martín criticó "especialmente" el urbanismo que, debido a la crisis, "ha sufrido un freno", pero denunció públicamente que se siguen tramitando estudios e informes "a la espera de que vengan tiempos mejores para continuar con el empujón existente hasta ahora" y que es considerado como "insostenible".

Como casos prácticos en la Región, Martín citó La Manga del Mar Menor en toda su extensión que, a pesar de la saturación urbanística que sufre "se sigue construyendo dentro de ella y sigue amenazada por sus dos accesos: por una parte con la proyección de su enlace por San Javier y, por otra, con los proyectos de Lo Poyo y Nuevo Cartago"

Llevar a cabo estas actuaciones, según Martín, supondría "la construcción total de La manga" y representaría un cambio en el paisaje, un consumo elevado de recursos y continuar con el modelo de resort y campos de golf en la Región". Además, ambas actuaciones afectarían a la laguna costera del Mar Menor, que Ecologistas en Acción instó a resguardar porque cuenta con cinco figuras de protección regional, nacional e internacional.

Próxima a esta zona, Martín criticó que se encuentra Cala Reona, que ha recibido muchos años una bandera negra por el emisario que vierte a cierta distancia de la costa que "ha destruido parte de una barrera de Pradera Posidonia Oceánica, no asegura una buena calidad de las aguas y está muy cerca de la reserva de Cabo de Palos e Islas Hormigas", aseveró.

Precisamente, Martín indicó que en esta zona se prevé la construcción de una urbanización entre los límites del Parque Regional de Calblanque, que suponen "recalificar 60 hectáreas de terreno", lo que Ecologistas en Acción criticó por "insostenible", y mostró su confianza en que el Gobierno regional aplique, en este caso, los mismos criterios que se utilizaron "para parar Lo Poyo en su momento".

Martín también citó la actuación en Marina de Cope, que es "de gran envergadura y destrozaría uno de los tramos más largos de costa virgen que perduran en la Región, con el que pretende ser uno de los mayores complejos turísticos del Mediterráneo y que supondría una de las mayores aberraciones llevadas a cabo en el litoral murciano".

La responsable de Áreas Marinas de la asociación ecologista criticó que las administraciones públicas "recurren año tras año realizar tareas como la limpieza y la mal llamada regeneración de la costa, y otro tipo de actuaciones que lo que pretenden, en definitiva, es hacer frente a los elementos naturales y a la erosión que sufre el litoral".

Sin embargo, criticó que, en la mayoría de los casos, estas actuaciones "hacen el efecto contrario, invadiendo el dominio marítimo terrestre y destruyendo zonas de alto valor ambiental, entre otras cosas".

Martín ubicó el ejemplo "más claro" de irresponsabilidad en cuestión de vertidos orgánicos en el Mar Menor, que "ha sufrido una gran presión a lo largo de la historia derivada del urbanismo, de forma que las estaciones depuradoras de aguas residuales no funcionan de forma adecuada y son deficitarias porque no se ha tenido en cuenta el aumento poblacional de la zona en época estival".

En el caso de vertido industriales, Martín citó el caso "histórico de la bahía de Portmán, que es considerado uno de los puntos más negros por contaminación de metales pesados en el Mediterráneo". A pesar de la "deuda histórica" que se mantiene con el pueblo y con la bahía, criticó que "aún sigue el debate, a pesar de que desde hace unos años se realiza el proyecto piloto de recuperación ambiental de los suelos contaminados de la bahía".

El proyecto, según indicó, lleva asociado la construcción de un puerto deportivo y el crecimiento del turismo residencial, y criticó que actuaciones de este tipo "son muy dañinas e irreversibles y, a la larga, no pueden ser asumidas ni económica ni técnicamente".

Por otra parte, citó la actuación en el Valle de Escombreras, con la instalación de la refinería y su posterior unión con la punta de Aguilones, lo que ha supuesto, sostuvo, "un grave impacto en la zona, mermando los fondos marinos y no aprovechando de forma adecuada los recursos, teniendo una bahía contaminada por metales pesados".

En cuestión de puertos, además de Escombreras, Martín citó el proyecto de instalación del 'macropuerto' de El Gorguel, que según denunció "amenaza de nuevo con destruir una zona de gran valor ambiental".

Este macropuerto, a su juicio, no tiene "ningún tipo de justificación económica, sino una serie de intereses que abogan por seguir destruyendo los valores naturales de la Región de Murcia y afectando gravemente a zonas protegidas como las sierra de la Fausilla, que es un lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA).

Además, indicó que esta actuación afectaría al medio marino, también protegido como LIC, con praderas de Posidonia oceánica y coral anaranjado del Mediterráneo, a parte de otros valores geológicos, mineros y culturales que representa la zona. Por ello, pidió que "se deseche este proyecto, que no es necesario en la Región".

Sobre Puerto Mayor, que se encuentra paralizado, Ecologistas en Acción solicitó su demolición, aunque "ya ha tenido una grave afectación en el canal del Estacio y las playas adyacentes, así como en la calidad de las aguas".

Curiosamente, Martín explicó que "muchas de las playas con la distinción de Banderas Azules que otorga anualmente la Fundación Europea de Educación Ambiental tienen a su vez banderas negras por parte de Ecologistas en Acción", e indicó que se trata de casos como el de Cala Cortina, Cala del Pino, Calabardina, las playas de Levante y de Poniente en Águilas, entre otras.

"Creemos que estas banderas azules no tienen rigor porque en su concesión priman criterios basados en servicios que se ofrecen al ciudadano, como los 'lavapies'", según Martín, quien estimó que, para que una bandera sea acreedora de una calidad para tener bandera azul "debe tener en cuenta todos los criterios, como los ambientales".

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