domingo, 18 de julio de 2010

El SIP pone en evidencia la brecha entre el presidente y los directivos y el consejo de CAM

ALICANTE.- El presidente de Caja Mediterráneo (CAM), Modesto Crespo, intentó el jueves convencer a los principales consejeros de la entidad para que aceptaran las exigencias de Cajastur y aprobaran, sin enmiendas, el contrato de integración del SIP que concede a esta última entidad, no sólo la dirección del nuevo banco, sino poderes irrevocables.


La polémica por esta última condición ha puesto al borde de la ruptura la "fusión fría" entre CAM, Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, pero también ha provocado una clara fractura entre el consejo de la caja alicantina y su presidente, y entre éste y los máximos directivos de la entidad, contrarios a ceder poderes irrevocables a quien será consejero delegado del futuro banco, Manuel Menéndez, revela hoy el diario 'Información'.

Crespo reunió a almorzar el jueves, antes de que el consejo se reuniera a las cinco de la tarde, a los tres vicepresidentes de CAM -Ángel Martínez, de Murcia; Benito Nemesio, de Valencia, y Armando Sala, de Alicante-, el secretario general del consejo, José Forner, un hombre que estuvo al frente del órgano coordinador de las cajas valencianas y que ha estado ligado a éstas durante casi toda su vida profesional, con un breve paréntesis en que, bajo mandato de Zaplana, ejerció como director general de RTVV; y los presidentes de las dos empresas participadas por la CAM, Ginés Pérez, de Incomed, y Martín Sevilla, de Gesfinmed, el fondo de inversiones de la caja, que fue también conseller de Industria, en este caso con gobiernos socialistas.

Mientras Crespo trataba de persuadir a los citados consejeros de que el SIP no se podía parar y de que había que aprobar el contrato de integración hecho por Cajastur aunque no coincidiera, en la cuestión de la irrevocabilidad de los poderes que la futura junta universal delegaría en el primer ejecutivo del nuevo banco, con el protocolo inicial del acuerdo aprobado semanas antes, en otro restaurante directivos de la caja mantenían otro almuerzo con otro grupo de consejeros y con un mensaje diametralmente opuesto: el SIP, en esas condiciones, no se podía aprobar.

Rechazo unánime

El resultado es conocido. Crespo no tuvo éxito, puesto que el consejo, por unanimidad, rechazó el contrato de integración, lo que provocó una contundente réplica de Cajastur, dando por roto el SIP, y la inmediata salida a escena del Banco de España, que el viernes abrió conversaciones para tratar de reconducir la situación.

Consejeros de peso en la caja han criticado en las últimas horas la actuación de Modesto Crespo, poniendo énfasis en que es quien personalmente más gana si el SIP sale adelante y achacando a ello su posición. Crespo no tiene poderes ejecutivos como presidente de la CAM, y tampoco los tendría como presidente de la nueva entidad nacida de la "fusión fría" con Cajastur y las otras dos cajas. Pero no es lo mismo presidir la cuarta caja de España, con graves problemas, que el tercer grupo de ahorro español o el quinto financiero.

Además, de acuerdo con el contrato de integración, el mandato de Crespo se prolongaría todo el tiempo que durara el de Menéndez como máximo ejecutivo, esto es, doce años: seis, con una prórroga de otros seis. Crespo, de hecho, ya ha saboreado las mieles de lo que sería su nueva posición: fue uno de los llamados a Moncloa para escuchar de viva voz del presidente Zapatero las reformas que está introduciendo en el sistema financiero español y ya ha salido en varias fotos con el presidente de Caja Madrid, el ex ministro y ex responsable del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato, algo impensable hace apenas unos meses.

En el seno del consejo crece el malestar por todo lo que está ocurriendo. De una parte, hay quien critica cada vez más abiertamente la gestión del equipo directivo, al que se acusa de no haber hablado claro nunca a los consejeros de cuál era realmente la situación de la caja ni haber informado suficientemente de las distintas negociaciones que se han ido abriendo y cerrando en los últimos meses hasta llegar al SIP, ahora en peligro, que controla Cajastur.

Dimisión
Pero, de otra parte, varios consejeros importantes piensan que el presidente, Modesto Crespo, debería haber dimitido el mismo jueves después de que el consejo no aprobara el contrato del SIP en su integridad y, por tanto, en la práctica le desautorizara, puesto que él sí lo defendía. De hecho, hay consejeros que opinan que Crespo no debería seguir siendo quien representara a la CAM ante el Banco de España, puesto que su posición no coincide con la del consejo, que es el órgano de gobierno de la entidad y el que puede aprobar o rechazar el SIP.

Para complicar aún más las cosas, se ha puesto sobre la mesa la necesidad de que la operación tenga que ser aprobada por la asamblea, algo que hasta aquí se había intentado eludir, pero que ahora se pide desde distintas instancias. Tal como están las cosas, todo el mundo es consciente de que la asamblea general es muy difícil que aprobara una integración con Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria como la que se propone.

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