viernes, 4 de junio de 2010

¿Qué pasa en Cremofruit? / Ángeles Trujillo *

Hace unos siete años, participé en un grupo o curso de reflexión, que organizó el Foro Ignacio Ellacuría, sobre el tema de la Globalización. Teníamos como manual todos los documentos recopilados sobre los movimientos altermundistas derivados en gran parte del Foro Social Mundial de Porto Alegre, y a través de ellos y con el apoyo de José Antonio Zamora que coordinó al grupo, descubrimos, tal vez de una forma un poco anticipada para esta región, los grandes problemas que un mundo GLOBALIZADO dominado por una filosofía neoliberal, iba a generar.

Como siempre, parecen lejanas las cosas que se tratan en muchos momentos, pero al final siempre recurrimos al principio de reflexión-acción: PIENSA EN GLOBAL Y ACTÚA EN LOCAL. Porque las cosas llegan hasta los lugares más recónditos del planeta, en este caso a este punto del mapa del mundo mundial que se llama Calasparra. Eso del neoliberalismo, - me preguntaba- ¿qué tendrá que ver con un espacio en donde convivimos poco más de diez mil personas? Y la gente aquí lo único que pide es cambiar su fuerza de trabajo por unos recursos mínimos que les permitan vivir con dignidad y sacar adelante a su familia.

En los últimos años, y sin ánimo de ser pesimista, van sucediendo una serie de hechos que, como mínimo, nos sorprenden, tanto por su significado, como por la celeridad con que ocurren. Parecía que un gran impulso económico nos iba a llegar y casi estábamos tocando un nivel de empleo que permitía otra vieja aspiración, como es la de de la incorporación de las mujeres al mercado laboral. Se sustituyó la vieja factoría de Conservas Calasparra por otra mucho más moderna, se gestionó una cooperativa de segundo grado, se ampliaron los polígonos industriales…

Pero de pronto empieza a desinflarse el globo y tenemos dos situaciones que nos parecen graves: la primera y muy sonada, el cierre de la factoría de Conservas Calasparra, que lleva aparejada un grave conflicto laboral, sin que al día de hoy se le vean atisbos de solución. Amplia plantilla, personas en su mayoría jóvenes con familias a su cargo, muchas de ellas excelentes trabajadoras. Una serie de despropósitos van ocurriendo Algunos sospechamos que la premeditación ha sido total e incluso ha existido un planteamiento de “cargarse la empresa”. No en vano sabemos que hay grupos dedicados a generar procesos de este tipo y a continuación irse de rositas.

Grave el tema, muy grave, cuando además habían recibido toda clase de apoyos por parte de gobiernos local y autonómico en diferentes momentos. Nos dice eso que en este mundo globalizado y con la deslocalización como forma de buscar nuevas personas a quien explotar ¿fiarse?, como dicen, ni de tu padre.

Pero otro nubarrón se cierne sobre nuestras cabezas, llevado esta vez de manera silenciosa, sigilosamente, sin ruido. `¡Que no zurra! Sería una mala imagen, ¿de quien?, me pregunto yo.

La cooperativa de segundo grado, formada por otras cooperativas de distintos municipios próximos está bastante “tocada” o al menos eso es lo que se comenta. Dicen que están vendiendo las máquinas por la puerta trasera. Dicen que hay por medio hasta un politiquillo con ambiciones de candidato. Dicen y se cuentan muchas cosas, pero la que más suena es la de una disparatada mala gestión, no sabemos si espontánea o intencionada.

Y si grave es que una empresa privada nos deje con el culo al aire, este último caso, el de Cremofruit, nos parece demencial. Porque esta cooperativa nació básicamente con un primer objetivo: dar salida a los excedentes del mercado de fruta, principalmente albaricoque y melocotón, convirtiéndolo en cremogenados, dado que se acercaba el momento en que las subvenciones europeas para destruir productos frescos, se acababan. Solución que era la salida para las economías de pequeños y medianos productores.

Empresa de economía social, con grandes apoyos financieros, con facilidades de todo tipo, con apoyo político y ciudadano…y esto es lo que nos hacen. Y sobre todo porque el asunto va con casi nocturnidad y, como mínimo, nula o mala información, ya que tenemos como único “medio” la técnica del rumor con las deformaciones que la misma produce. Y quede claro, por si alguien tiene la tentación de pensar el “qué nos importa” a la ciudadanía, que esto y otras muchas cosas están en nuestro derecho de opinar, criticar y denunciar. Son bienes casi públicos

Para acabar una propuesta: ¿Por qué no recoger en los medios locales, comarcales y regionales este tema? ¿ Se podría dar respuesta a la pregunta que algunos y algunas nos hacemos ¿QUÉ PASA EN CREMOFRUIT?

Porque ya va siendo hora de poner en práctica algunos modelos nuevos ante una crisis que, entre otras cosas, reclama mayor participación y mayor corresponsabilidad, para poder controlar qué se hace. Mayor transparencia y la incorporación de buenas prácticas, cosas de las que se ha adolecido en múltiples situaciones en esta cooperativa. Las cosas no nos suceden solo porque hayan sinvergüenzas sueltos, sino porque hemos caído en el mayor de los individualismos posible y, si no nos afectan directamente, miramos para otro lado, y hasta cuando nos afecta aguantamos estoicamente, por si acaso me fuese en ello algún interés.

(*) Ángeles Trujillo es maestra nacional y forma parte del Foro Ciudadano de la Región de Murcia

1 comentario:

Anónimo dijo...

Angelita:A mas miseria y más corrupción, mas PP, los votantes piensan que si el PP es el partido de los ricos, votar o hacerse del PP les convierte también ricos. Como con el Berlusconi.