martes, 11 de mayo de 2010

¿Grietas y desplazamientos de edificios donde compraron Marqués y la consejera García, en Águilas?

ÁGUILAS.- La publicidad de "Dos bahías", una promoción de Hacienda 'El Hornillo", en Águilas, decía: "Residencial de caracter cerrado compuesto por tres bloques de viviendas, pistas de padel, piscinas, pista polideportiva, jardines, seguridad privada y situado en una de las mejores zonas de Águilas, con dos playas a menos de 50 metros, una a cada lado, un supermercado en frente y muy cerca del nuevo Centro Comercial Águilas Plaza y de Multicines El Hornillo".


Aquí compraron a más que muy buen precio, por lo que ya se sabe, una vivienda de lujo el ex consejero y ex delegado del Gobierno, Francisco Marqués y, al igual que su mentor político y vecino en Murcia, también la consejera Inmaculada García, aguileña y prima del promotor e imputado en otras dos causas abiertas en sendos juzgados, el notario de Lorca, Sebastián Fernández Rabal.

La Justicia investiga desde hace meses por qué le resultó tan barata al ex consejero de Medio Ambiente esa compra y qué papel de relación jugó García entre su primo y el político hoy imputado.

Pero entretanto el destino y la geomorfología parece haberles jugado una mala pasada a todos. Porque se dice en Águilas que las grietas han aparecido en las viviendas de lujo, que los edificios se han desplazado a causa de movimientos tectónicos y que el suelo sobre el que se asientan son gredas muy poco compactas, que necesariamente tuvo que detectar y calibrar un supuesto estudio geológico preceptivo para manejo del no menos célebre arquitecto granadino Jorge Sotelino, y propiedad del citado Fernández y de un tal José Luis Muñoz ¿también pariente de la consejera?.

Ahora, según se dice en el pueblo, se va a necesitar una costosa obra de micropilotaje para poder salvar la situación y que los compradores no acaben en los tribunales argumentando vicio en la compra-venta. Pilotes de entre 20 y 25 metros y un 1.200.000 euros van a hacer falta para que todo vuelva a su sitio en los tres edificios que forman el conjunto residencial, uno al parecer más afectado que los otros dos.

Lo cierto es que la normativa urbanística de Águilas se tuvo que modificar en profundidad en su día por decisión política del todavía alcalde del PP, Juan Ramírez Soto, para poder edificar en ese lugar tan singular y pasar de las dos alturas permitidas en toda la zona a las seis con las que se remataron luego estos tres edificios hace al menos cinco años.

Pero para edificar esos bloques primero hubo que afianzar en forma escalonada la ladera del monte de L'Aguilica, porque son terrenos muy inestables, con varios muros de contención. Y finalmente la conocida actividad sísmica de la zona parece haber demostrado que los constructores se pudieron quedar cortos en algo a la hora de aplicar la norma sismorresistente en la cimentación.

Porque la cimentación pudo ser deficiente en esa clase de terreno puesto que a los pocos años los bloques parece se han empezado a abrir de modo peligroso y, los vecinos, alarmados, han reclamado responsabilidades que tiene que cubrir un supuesto seguro porque, de no ser así, serían los promotores y el constructor los obligados a afrontar los cuantiosos gastos para reponer la situación inicial.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No quiero pensar lo que podría pasar en los acantilados del hornillo si se produjeran movimientos de tierra.Ver para creer las tropelías que se están llevando a cabo en Águilas con el beneplácito del Ayuntamiento. ¡Lástima de pueblo!

Anónimo dijo...

Irreversible, así ha quedado la situación en Águilas ante los destrozos urbanísticos y poca visión de futuro a la que nos han llevado los mismos de siempre, en este caso con la ayuda de un advenedizo de más baja cuna, pero que ha servido aunque con beneficio personal, de tonto util y que cuando deje la alcaldía, podrá comprobar como la hipócrita alabanza de hoy se transforma en desprecio de mañana y ese será su castigo.
La historia no les perdonarà al igual que no ha perdonado el destrozo del monte del castillo para utilizarlo como cantera de piedra.
Asusta pensar lo que ocurrirá con la poca costa virgen que queda por salvaguardar y que es la verdadera riqueza de Águilas y con seguridad su mejor seguro de futuro. En manos de esta gente se puede esperar cualquier cosa.
Los aguileños de una vez por todas debemos movilizarnos para salvar nuestro patrimonio y para ello es necesario cambiar y sacar del gobierno del Ayuntamiento a estos aprendices de brujo antes de que sea demasiado tarde y el pan de hoy sea el hambre de mañana.
Águilas no se puede promocionar con un minimo de seriedad en sitio alguno en el estado en que se encuentra, destrozos medioambientales que acabarán con su belleza, falta de servicios esenciales e imagen pueblerina de antaño, eso sí los Trinitarios de turno estarán al acecho para en el menor descuido vendernos de nuevo la moto.
Un pueblo que pretenda ser respetado, tiene que comenzar por hacerlo de si mismo y a fuerza de ser sinceros tendremos que preguntarnos si nosotros lo hacemos, el tiempo lo dirá y esperemos que no sea demasiado tarde.