viernes, 30 de abril de 2010

Puntos de fricción / Mateo Peñaranda


Una región que se merece su ruína

Un Valcárcel voluntarista y farsante ha terminado por dejar sin agua dulce a Murcia. Primero dió la vara a media España con el Ebro y acabó teniendo que defender el Tajo-Segura, hasta esa fecha, incuestionable. Y, al final, agua para todos, eso sí, de desaladoras, que no sabe a nada ni creo que sirva para regar árboles ni sea recomendable para la salud pública teniendo en cuenta la cantidad de química que se necesita para potabilizar el caudal procedente del reservorio marino. Zapatero se ha vengado bien de todos los que le mentaban a su madre en las manifestaciones de regantes movidos por mangantes.

Murcia se muere a manos de algunos murcianos que van de héroes y terminarán como villanos -versus, es sólo un ejemplo reciente, Fuentes Zorita ante sus propios compañeros del PSRM y del PSOE- cuando se descubran sus inconfesables intereses en todo este tema del agua. El Plan de cuenca del Tajo -Tagus en Portugal- nos va a dejar sin trasvase seguro cada año desde Entrepeñas-Buendía y reorientar de nuevo la cuestión hacia un trasvase del Ebro no tiene salida porque la Directiva Marco del Agua no deja desde Bruselas opción medioambiental al transporte de caudales. No le arriendo la ganancia a la incorruptible Charo Quesada.

Lo del agua es la guinda a una gestión nefasta de los gobiernos de Valcárcel -que no del PP, quede claro- porque su modelo económico de camarilla ha terminado por arruinar a la Región a tenor de un 25% real de desocupación (unos 150.000 murcianos y 35.000 de nuestras familias) y el decrecimiento acelerado del PIB, un - 3,4% en 2009. Eso explicaría que 'Cáritas' se encuentre desbordada hace meses pero ahora mucho más ante la falta de posibilidades laborales ciertas de gran parte de esa mano de obra excedente por obra y gracia de la política de San Esteban. Son miles los murcianos que no volverán a trabajar en toda su vida.

Y digo gobiernos de Valcárcel, su camarilla y trepas (Ballesta, García, Sotoca y Marín, por ejemplo) porque no existe en la realidad el PP de la Región de Murcia. Un grupúsculo mafioso tiene secuestrada la franquicia y Génova consiente, bien sabrá a cambio de que después de comprobar cada lunes al talento que le mandamos desde aquí con lo que canta al no abrir la boca ni hacer pié frente a valores como De Cospedal, Gallardón, Aguirre, Arenas o el mismo Rajoy. Deben flipar en colores tan altos funcionarios ante el personaje y su planteamiento político "tan profundo y cosmopolita" de coros y danzas como gran background de juventud.

Ya ni sirve para vendernos nuevos señuelos porque ha perdido destreza y hasta frescura aunque sea un fresco. Bruselas le ha parado en seco Corvera y, la crisis, una teórica necesidad de El Gorguel con media flota mundial parada y la otra media a poca máquina ante el desplome del consumo. Los puertos de Tánger-Med, Valencia, Algeciras y Barcelona no dejan nicho de mercado al petrolífero de Cartagena en el tráfico de contenedores ni la Región va a más sino a menos aunque se haya creado un comité de sabios casi analfabetos funcionales para seguir creyendo que tenemos que hacer algo en la exportación, sin nada de valor añadido que ofrecer a día de hoy que no sigan siendo los mejores limones del mundo mundial.


Paramount y la recurrente Contentpolis son otros dos fiascos a la vista porque no se puede improvisar una industria cinematográfica como demuestra en Alicante la casi malograda Ciudad de la Luz y porque nos falta masa crítica de productoras y creadores, aparte de capital, para atraer a Cartagena una actividad que requiere alta formación y adiestramiento y un 'cluster' que no se improvisa de la noche a la mañana frente a las prisas electoralistas que abruman a un Valcárcel sin nada que ofrecer otra legislatura más, aparte de sangre a raudales, sudor todo el que se quiera y muchas lágrimas de padres ante el futuro de emigración forzosa que se abre para sus hijos.


Quince años sin un solo logro debe ser frustante para este profesor de arte sin currículo profesional anterior a su salto a la política de la mano de Juan Ramón Calero porque ha conseguido meter en la quiebra al Servicio Murciano de Salud y a la autopista de peaje Cartagena-Vera, aparte de no poder equipar el nuevo hospital de Cartagena, endeudar a la Comunidad Autónoma hasta niveles desconocidos, parar el desarrollo turístico (el proyecto de la Marina de Cope duerme el sueño de lo imposible) y que el AVE no tenga fecha cercana y cierta de llegada a la Región.

Un balance de cero patatero en gestión pública pese a los miles de funcionarios que le asisten, estamos pagando y resultan tan onerosos en estos tiempos de crisis.
Claro, que si los rectores de nuestras universidades no hablan idiomas en plena globalización, Cajamurcia no es pieza esencial ni clave en la reestructuración financiera nacional ni el ingeniero Zorita ha hecho un proyecto en su vida, qué se puede esperar de un muchacho incapaz de aprobar unas oposiciones de Secundaria. O de un vivo como Mendoza cuya ignorancia hasta de temas vaticanos, ha hecho traer y que hable desde la UCAM a un cardenal enfrentado frontalmente con el Papa y su secretario de Estado, Bertone.

Luego están los que tienen fama de fueras de serie, caso de Ballesta y Marín -el amigo de las dictaduras diversas para apuntalar desde el INFO-, y que ya se ve lo que están dando de sí ambos dentro de una administración autonómica donde la picaresca reina por doquier hasta que la corruptela se acepta como ambiental, caso de los empadronamientos que no se compadecen con la real residencia de algunos para poder cobrar dietas y estafar así de forma institucionalizada a todos los contribuyentes.

En esta Murcia de Valcárcel sólo pueden aflorar cosas como 'Polaris' - ¿quién la ha salvado y por qué- y 'Trampolín', y se dan esa especie de 'Robin Hood' encarnado en los letrados De Ramón y Mazón, dispuesto con la ley en la mano a salvar por su cuenta a una democracia murciana ya tan tocada por la corrupción que se comienza a respirar cierto aire repúblicano como fórmula de borrón y cuenta nueva frente a la abdicación del propio sistema y la inoperancia de la Asamblea Regional y el texto autonómico como herramienta política para el bienestar de los murcianos.


Ante toda ésta hecatombe, encima, las fuerzas del Mal se han fijado en el COAMU y ahí plantean batalla a vida o muerte. Y a 100 kilómetros de su sede, otra batalla concluye en el virtual secuestro de AVA como lo demuestra la trivialidad de pasar a hablar de badenes y gusanos de seda tras abandonar la lucha en nombre de la sociedad civil aguileña porque la democracia no siga usurpada desde el Ayuntamiento por otro analfabeto manejado a distancia por terceros impresentables.


Al igual que en la muy arruinada Grecia, se dan también como ejes de la vida pública murciana la falta de transparencia en la gestión política y el clientelismo, así como entidades con finalidades dudosas por su utilidad para el fraude.

El despilfarro de fondos públicos y la corrupción institucional, junto a la evasión fiscal, están socialmente toleradas. Y de ahí que nuestra particular crisis, exactamente igual que en Grecia, se deba a los sobrecostes en la licitación-contratación pública y los sobornos en la sanidad, el urbanismo y la administración tributaria.

Resultado: una región en la más pura ruína por el abuso desde el poder sin la respuesta adecuada y contundente de una ciudadanía que se hunde en la sima de su pobreza.
Y que lo tiene bien merecido por mansa y complaciente con la delincuencia de cuello blanco, que ha terminado por convertir a Murcia en una cleptocracia sin futuro en la globalización renovada.

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