sábado, 1 de septiembre de 2007

Benedicto XVI dice a los jóvenes que es misión de ellos cambiar el Mundo

LORETO.- El Papa Benedicto XVI dijo hoy, ante unos 400.000 jóvenes (decenas de ellos, murcianos), que "el mundo debe ser cambiado y es misión de la juventud" hacerlo. Además destacó la importancia de la familia de la que hay que hacer "una célula fundamental de la sociedad".

Benedicto XVI participó en una reunión, de dos días, organizada por proyecto eclesial italiano Agorá, en el santuario italiano de Loreto (en el este italiano), del que dijo que gracias a todos los presentes se había convertido en "la capital espiritual de los jóvenes". Anticipo de la celebración un preludio al Día Mundial de la Juventud del año próximo en Sídney. El respeto al medio ambiente será uno de los ejes centrales de estas jornadas de la juventud.

En trenes, autobuses y a pie, grupos de peregrinos procedentes de toda Italia, así como de otros países, se congregaron en un campo polvoriento al pie del santuario mariano más importante del país, donde el pontífice respondió a sus preguntas sobre la fe.

Después de escuchar las historias de jóvenes que viven en hogares destrozados y al margen de la sociedad, Benedicto XVI dijo a la multitud que la Iglesia y la unidad familiar deberían ser el núcleo de la sociedad. "La familia, que debería ser el lugar de encuentro entre generaciones, desde los abuelos hasta los nietos... se está desintegrando en pedazos y corre peligro", afirmó ante los peregrinos. "Debemos hacer más para que la familia siga viva", añadió.

El Papa, que escuchó el testimonio de la vida de esos jóvenes y respondió a sus preguntas, habló también de la dificultad de hablar de Dios en el mundo actual pues algunos ven en Él una limitación a su libertad.

Ante los problemas de la sociedad actual, señaló que "el mundo debe ser cambiado y es precisamente la misión de la juventud cambiarlo".

Pero cada uno no lo puede hacer con sus propias fuerzas, sino que sólo "en comunión de fe y de camino, en comunión con María, con todos los Santos y con Cristo" como se puede "hacer algo esencial".

El Papa animó a los jóvenes a tener fe en Cristo y Dios, para seguir adelante cambiando el mundo, creando "centros en la periferia" para que realmente sea visible la esperanza de todos.

Al testimonio de una joven que hablaba de lo complicado que es vivir en la periferia de las grandes ciudades, el Papa señaló que en esos lugares "parece difícil seguir adelante, cambiar el mundo para mejor", pues todo "parece concentrado en los grandes centros de poder económicos y políticos".

Hay que crear centros en la periferia, "centros de esperanza, de amor, de solidaridad, de sentido de la Justicia, de cooperación", pues "sólo así puede sobrevivir la sociedad moderna", explicó.

Benedicto XVI se refirió también a la importancia de la familia y a la pregunta de una joven dijo que hoy está "rota", pero hay que hacer que "sea una célula vital de la sociedad".

Muchos jóvenes encuentran su respuesta al amor en el matrimonio, en la formación de una familia donde "el amor entre un hombre y una mujer se viva como un don recíproco y fiel" para toda la vida, pero recordó que hoy muchas parejas "se rinden y se separan".

Dirigiéndose a los jóvenes que han vivido la separación de sus padres, el Papa les dijo que reza para que "la crisis que marca la familia de nuestro tiempo no se convierta en un fracaso irreversible".

El Papa también hizo referencia a la dificultad, en el mundo de hoy, de hablar de Dios, porque algunos ven en él "un límite a su libertad, un Dios de mandamientos, de prohibiciones".

Sin embargo, explicó que no es así, que los Mandamientos no son limitaciones sino "caminos que llevan hacia la plenitud de la vida".

De igual manera es "difícil" hablar de la Iglesia, que para muchos es una "institución que limita la libertad, que impone prohibiciones".

La Iglesia "no es un centro de poder, hay que quitar esas etiquetas y decir, que es una comunidad de compañía, en la que los problemas de la vida de todos son vividos con alegría y libertad".

A preguntas de una joven que habló de los "silencios de Dios" que en un momento experimento, el Papa señaló que "si el corazón se tiene abierto y atento" se encuentran los momentos en que la presencia de Dios se siente dentro de cada uno.

"Todos conocemos el silencio de Dios", dijo el Papa, quien recordó que hace poco se ha publicado un libro con las experiencias espirituales de madre Teresa de Calculta, "que con toda su caridad, su fuerza de fe, sufría del silencio de Dios".

El Papa animó a los jóvenes, pues muchos miran el futuro "con aprensión", y les dijo que no tuvieran miedo ya que "Cristo puede colmar las aspiraciones más íntimas de vuestro corazón", y si están unidos a El pueden "realizar grandes cosas".

Benedicto XVI invitó a los jóvenes a participar en la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Sidney, y pidió a Dios que conceda a él y a muchos jóvenes poder estar allí.

El Papa seguirá mañana en Loreto, donde presidirá una misa y celebrará la oración dominical del Ángelus, para luego encontrarse con los fieles en el santuario.-(Agencias)

"Cambio radical" en la Casa del Rey / Rosa Villacastín


Mucho han cambiado las cosas en Zarzuela desde que entró el equipo encabezado por Alberto Aza, diplomático de fina estampa, a quién precisamente este verano le ha tocado lidiar con uno de los momentos más delicados y difíciles de la monarquía española. La publicación de unas caricaturas de los Príncipes en la revista 'El Jueves' -de muy mal gusto por cierto-, que sumadas a las críticas vertidas por políticos de la talla del senador Iñaki Anasagasti, o de algunos de los miembros del actual gobierno balear, han hecho saltar las alarmas y obligado a los servicios de prensa y al Jefe de la Casa, a cambiar el rumbo de la nave real, antes de que esta se fuera a pique. Decía Javier Tussel que uno de los mayores problemas a los que tenían que enfrentarse los miembros de las Casas Reales Europeas del Siglo XXI era el de adaptarse al medio ambiente, o sea, a estar un día sí y otro también en los medios audiovisuales, en la prensa del corazón. Si sabían cómo torear ese toro, sobrevivirían, de lo contrario, desaparecerían. No le faltaba razón. La boda del Príncipe y Doña Leticia fue un revulsivo para quiénes creían en los cuentos de hadas. No porque la Princesa no reúna las cualidades que se le exige a quién un día será Reina de España, no, es sólo que con ella se rompió el misterio que envolvía a la Casa Real. Quizá por eso el trato que se ha dado a Doña Leticia, no se le ha dado a ningún otro miembro de la familia. Se le ha criticado por no tener hijos y por tenerlos, por su delgadez y por su forma de vestir, por su sonrisa, por sus orígenes, por llevarse bien con su suegra, y lo más increíble, por lucir bikini en alta mar, como si la mayoría de las jóvenes y menos jóvenes de este país no usaran esa prenda en playas, piscinas y embarcaciones. Lo que demuestra que a muchos ciudadanos no les gustó que el Príncipe eligiera a una mujer moderna, que ha sabido sacarse las castañas del fuego, sin más ayuda que la de su familia y una gran fuerza de voluntad. La pregunta del millón ante una situación como la que está viviendo la familia real es ¿qué se puede hacer? Lo que han hecho, salir en tropel, adelantarse a los acontecimientos, incluso provocar otros que dieran juego a la prensa, por ejemplo: Al día siguiente de que se publicaran las fotos de Letizia y la Reina, las Infantas se fueron a la playa, con sus hijos y sus maridos, para que pudieran fotografiarles a gusto, como a una familia más. Habrá quién piense que es pura casualidad, no creo en las casualidades de este tipo, fue un "aterrizaje playero" en toda regla, organizado por Zarzuela para dinamitar el impacto de las fotos de Doña Leticia en bikini. Pero hay más novedades que no han pasado desapercibidas y que dice mucho del nuevo rumbo de la monarquía española: el nombramiento de un interventor, encargado de llevar la gestión económica de la Casa del Rey. A partir de esta semana, euro que se gaste en Zarzuela, euro del que habrá que dar cuenta a Oscar Moreno Gil, experto en Derecho Administrativo. Con este nombramiento se acallan las críticas al Rey por la opacidad en sus cuentas. Hasta ahora se sabía el dinero que recibe de los Presupuestos Generales del Estado, no cómo los distribuía, o en qué los gastaba. En España no suelen hacerse encuestas para saber cuál es el grado de aceptación del Rey o de la Reina, es una equivocación, porque sirven para tomarle el pulso a la sociedad, saber qué piensan de una institución que no puede quedarse anclada en el pasado.

El (mal) verano de la Familia Real / Fernando Jaúregui


La Corona, encarnada por Don Juan Carlos de Borbón, sigue siendo, hasta el momento por lo menos, la institución mejor valorada por los españoles, según lo que nos dicen las encuestas. Pero hemos observado cómo, este verano más que en otras ocasiones, se han disparado algunas críticas contra el Rey y su familia, que han recibido cartuchos de sal gorda de una prensa que se llama humorística y perdigonazos más dolorosos, pero menos picantes, procedentes de otro tipo de medios. Al final, y para despedir las vacaciones reales, el muy serio 'The Times' acaba de publicar un artículo que ha sentado como un jarro de agua fría a los 'fontaneros' de La Zarzuela. Porque el artículo asegura, sin más, que la imagen de la monarquía española "se desploma".

Resulta curioso que el diario londinense se fije más en la familia rea española que en la británica, especialmente cuando se celebraba el décimo aniversario de Lady Di, todo un mito que, me parece, ha servido para mantener enhiesto el pabellón de una Monarquía, la británica, llena de tradición, de polémicas y de grietas. Pero el pueblo británico es esencialmente monárquico y parece que está dispuesto a perdonar muchas cosas a los representantes de la institución.

No estoy seguro de que los españoles sean monárquicos (ni republicanos), pero sí sé que el Rey Juan Carlos, con cuantos claroscuros quiera usted poner a su carrera de treinta años como monarca, tiene un enorme prestigio entre los ciudadanos. Dentro de cuatro meses cumplirá setenta años (el Príncipe cumplirá los cuarenta) y no creo que nadie pueda decir que encarna una figura sentada en un trono tambaleante, como podría dar la impresión de la lectura de The Times.

Otra cosa es que la dejadez de varios gobiernos consecutivos, y probablemente de la propia familia real, haya propiciado que la figura del Príncipe, con quien alguna vez he tenido la oportunidad de hablar y quien por muchos conceptos me parece de una extraordinaria validez, no sea lo conocida y apreciada que merece, por más que las encuestas sigan dando al futuro Felipe VI unos índices de popularidad y valoración que para sí los quisieran los representantes de otras monarquías europeas, y no hablemos ya de los líderes políticos. Y tengo la impresión de que el matrimonio de Felipe de Borbón con Letizia Ortiz, una periodista inteligente, que no podría citar a ningún título nobiliario entre sus antecesores, ha caído particularmente bien entre las clases medias españolas, aunque quizá a esos 'monárquicos de toda la vida' la idea puede no haberles gustado tanto.

Creo que el verano tradicional de la familia real va mereciendo ya algunas críticas, entre otras cosas porque las vacaciones del Rey no pueden estar a la altura de las de algún constructor enriquecido, de esos que presumen en las islas con el superyate. Hay evidentes retoques que dar a la imagen del jefe del estado, de su heredero y a la imagen de las relaciones entre todos ellos. No me parece mal que se abra la veda de las críticas a determinados comportamientos, acciones u omisiones de los personajes que componen esta familia: hemos tenido demasiados años turiferarios y silentes. Pero no estoy seguro de que los Príncipes de Asturias o los Reyes, por el mero hecho de serlo, merezcan ser escarnecidos con algo que nada tiene de crítica, y sí mucho de sal gorda, y ultrajados en su dignidad a unos niveles que, si fuésemos las víctimas, nos resultarían insoportables.

Creo que España tiene pendiente, cuando sea, un debate serio y honesto entre las ventajas y desventajas de una Monarquía frente a las ventajas y desventajas de una República. Probablemente, la reforma de un artículo de la Constitución para equiparar los derechos sucesorios de la mujer con el hombre, que es reforma obligada y que exige disolución de las Cortes y posterior referéndum, sirva, cuando sea, de marco a ese debate. Que, por otro lado, me parece que es sano, aunque, como monárquico 'crítico' que me proclamo, no estoy seguro de que en tiempos de zozobra deban hacerse mudanzas de este calibre y menos cuando es evidente que el período de la Monarquía de Juan Carlos se ha movido en un marco de paz, libertad y prosperidad inéditos para los españoles.

Pero, en fin, España, ya lo cantaba Machado, es país de marineros que abandonan la mar para hacer jardines y, cuando están en flor, abandonan de nuevo esas flores para hacerse a la mar. ¿Será que estamos repitiendo una maldición histórica? Bueno, la verdad es que no creo que porque el 'Hola' publique unas fotos, 'El Jueves' una caricatura, El 'Times' un artículo e Iñaki Anasagasti un blog, vayamos a estar en el final de una era. Pero sí es cierto que alguien, donde corresponda, debería tomar alguna nota y poner en marcha algunos retoques.