domingo, 11 de febrero de 2007

La sospechosa ausencia física de Valcárcel en el baño de masas de la Convención Nacional del PP




El presidente del Partido Popular de la Región de Murcia y todavía teórico candidato de este partido a la presidencia de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel, sospechosamente no acudió a la Convención Nacional para la presentación de los candidatos del PP a las presidencias de las diversas comunidades autónomas celebrado el pasado sábado en Madrid, con la excusa de asistir a la Semana Verde de Berlín que, aparte de su relativa cercanía y, como su propio nombre indica, dura siete días y se puede visitar en cualquiera de ellos sin mayor problema.

No obstante, el presidente murciano "participó" virtualmente en el citado evento multitudinario a través de una intervención grabada ya que, explica él mismo, se encuentra en un viaje oficial de promoción de los productos hortofrutícolas de la Región, según informó el propio candidato ausente en una inesperada nota de prensa (que suena mucho a excusa no pedida) para justificar personalmente por qué no iba a estar en la foto final de la Castellana. Pero, pese al vídeo y la explicación, no puede evitar que se levanten las inevitables dudas.

En dicho vídeo, Valcárcel asegura que afronta esta etapa “con verdadera ilusión; decidido a dar un nuevo impulso a la Comunidad”. Algo parecido a lo que dijo en otro vídeo proyectado en la pantalla gigante del madrileño Palacio de Exposiciones y Congresos, el presidente balear, Jaume Matas, igualmente ausente de este gran acto central de arranque de la precampaña del PP, presumiblemente por las mismas razones ocultas.

A partir de aquí y, tras lo sucedido en Canarias con el todavía presidente, Adán Martín, de Coalición Canaria, que también inesperadamente no opta a la reelección por eventuales problemas judiciales de supuesto origen urbanístico, se han desatado las especulaciones sobre el inquilino de San Esteban coincidiendo con fuertes rumores que sitúan "acontecimientos" en la semana que comienza hoy con la toma de posesión del nuevo ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, al que "le suena casi todo lo que sucede en Murcia". Por algo se dice en determinados círculos progresistas de Madrid, que su primer objetivo será el cartagenero Eduardo Zaplana, por "Terra Mítica", y el segundo, nuestra región (?), por razones varias.

El malestar de fondo en el seno del PP de la Región de Murcia empieza, a su vez, a ser palpable de nuevo. Importantes sectores de la vida civil, social y económica hablan de un Valcárcel que ya no atiende a las indicaciones de Génova 13, que mantiene en el gabinete a consejeros gastados y desprestigiados, y que no deja marchar a los que ya no se identifican con su estrategia política ni con su política estratégica para no evidenciar el calado de la grave crisis final.

A decir de algún parlamentario del PP, el presidente "se ha acantonado en palacio", y asegura tener constancia demoscópica de que la derecha tiene ya perdida, aquí y ahora, su tan exhibida mayoría absoluta electoral, a tenor de las encuestas más fiables que maneja el propio Rajoy. También se perderían algunas importantes alcaldías en todas las comarcas murcianas, versus Yecla, Totana, Cieza, Águilas o Alcantarilla.

Otras fuentes centrales de su partido ven ya a un Valcárcel muy aíslado del resto de la organización nacional del PP, con un Rajoy más cercano a las tesis de la presidenta del PP en Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, en el tema del trasvase del Tajo, y muy susceptible de verse enredado en las dudas razonables que puedan originar la súbita aparición de su hermano Carlos, y su socio Sánchez Carrillo, en alguno de los 20 asuntos en diligencias informativas, que maneja la Fiscalía del TSJ, o que se cumplan los malos augurios en torno a "CajaMurcia" por el efecto negativo de su "aventura inmobiliaria" con Summa y Polaris. Esa crisis está en el ambiente y se ha precipitado con las protestas obreras, más de autónomos y suministradores, la pasada semana en "El Portón de los Jerónimos".

Al igual que respecto a Matas, circula en Madrid la hipótesis de que Valcárcel pudiera haber sido excluido, de alguna manera, de esta convención, por los "peligros" que le acechan desde la administración de justicia y para evitarlo, junto al presidente balear e íntimo de Zaplana, en una foto de familia que pronto pudiera volverse mediáticamente en contra de todo el PP si se produjesen determinados acontecimientos ante la ofensiva del PSOE en fiscalías y juzgados. Este partido mantiene una permanente tensión para recuperar el máximo de poder posible en la Comunidad Valenciana, Baleares y Región de Murcia, y echará el resto de aquí al 25 de mayo.

Si se considera la corrupción urbanística un tema de seguridad nacional por asociada a las mafias que retan al Estado, no es de extrañar que Paulino Rivero haya tenido que saltar de pronto a ser candidato en Canarias al trascender algunas decisiones e implicaciones de Adán Martín en cuestiones urbanísticas como, si llegado el caso, algo similar ocurriese en Baleares o Murcia, y aquí hubiese que echar mano de Antonio Gómez Fayrén como candidato de urgencia a San Esteban promovido por la CROEM y "CajaMurcia" sin tan siquiera el amén del PP regional.

Por lo demás, el resto de los candidatos del PP a la presidencia de las comunidades autónomas, defendieron una España fuerte, solidaria y cohesionada, y se sintieron plenamente identificados con la labor que desarrolla Mariano Rajoy al frente del partido. Los presentes fueron presentados oficialmente en Madrid en ese acto, donde todos elogiaron la labor de Rajoy. (Valcárcel no lo hace en su vídeo).

Éste, derrotado en las urnas en 2004, y con cuatro malos resultados electorales desde entonces -en las europeas, en el País Vasco, en Galicia y en Cataluña-, considera estos comicios autonómicos unas "primarias" para las generales aunque en tono dramático. El aparato de Génova había preparado este encuentro para demostrar la unidad en torno al líder, cuestionado internamente, más por unos que por otros, en los últimos meses.

Sólo faltaron físicamente los presidentes autonómicos de Murcia y de Baleares, quienes enviaron los ya citados vídeos. Y los escándalos de corrupción que acechan al PP murciano, canario y balear, no aparecieron ni por asomo en los discursos. Y el agua, polémica que hoy divide mucho al PP, sólo fue mencionada para criticar al Gobierno central porque en pre y campaña electoral los debates internos no gustan nada en Génova 13.

Francisco Camps, presidente del PPCV, esbozó un discurso de integración dirigido a los miembros de la formación. Los barones regionales escenificaron un frente común con el líder nacional. El también presidente de la Generalidad Valenciana ha puesto toda la maquinaria al servicio de Rajoy, que el sábado se dio un baño de masas con esta convención, de la que Valcárcel fue uno de los dos grandes ausentes. La clave quizás la tengamos más pronto que tarde al igual que las verderas razones por las que Zaplana tampoco estuvo presente.

(En la fotografía, Rajoy tiene a su derecha y cogida por el hombro, a la candidata por Castilla-La Mancha, De Cospedal, absolutamente contraria al trasvase del Tajo al Segura, y que no se entiende nada con Valcárcel)

Emergencia urbanística


La corrupción urbanística que se está destapando en los municipios españoles amenaza con contaminar a algunos Gobiernos autónomos, renuentes a sancionar las tropelías inmobiliarias de los ayuntamientos de su mismo color político. Al caso del Gobierno balear, del PP, viene ahora a sumarse la sospecha que recae sobre la presidencia autonómica canaria. En Baleares, parece que el Gobierno arrastró los pies durante diez meses antes de trasladar a la fiscalía una denuncia de agentes forestales por construcciones ilegales en una zona protegida de Andratx, punto fatal de la marea negra inmobiliaria.


Todo suscita el irremediable temor de que las barreras que pueden oponerse a la corrupción son muy débiles. Los municipios obtienen financiación abundante de la especulación inmobiliaria, que benefician a los partidos o a los propios alcaldes, concejales o servidores públicos que envilecen la administración municipal. No es muy alentador ver a los responsables políticos autonómicos o nacionales cuyos ayuntamientos están implicados en casos de fraude urbanístico escudarse en distinciones jurídicas para no actuar con dureza.

La proximidad de las elecciones municipales y autonómicas suscita la sospecha de que la eclosión de los casos de corrupción inmobiliaria que salpican al PP y al PSOE sea un instrumento táctico más para debilitar las posiciones del adversario y que, por tanto, después de las elecciones la persecución policial y judicial de los escándalos urbanísticos se relegue a la trastienda de la política.

Si los grandes partidos políticos, con responsabilidades autonómicas y municipales significativas, desean reducir la corrupción en los municipios están obligados a pactar una estrategia que incluya cambios legales profundos -modificación de la ley de financiación de los partidos, control de la propiedad del suelo de los ayuntamientos, nuevas fuentes de financiación municipal-, una Administración de justicia volcada en la persecución de los delitos inmobiliarios, incluida la información privilegiada, y códigos de conducta que transmitan confianza a los ciudadanos. Es desde luego deplorable que imputados en escándalos urbanísticos sean aun candidatos en las próximas elecciones, como sucede con varios casos del PP. Los votantes deberían hacer pagar semejante torpeza al partido que la cometa.

Nunca se ponderará lo suficiente el papel que pueden jugar los controles internos de los ayuntamientos en esta batalla contra la recalificación desmesurada, los bloques de viviendas sin urbanizar y el pelotazo sobre suelo protegido. Debe reforzarse la independencia de los interventores municipales, sometidos hoy a la arbitrariedad de las decisiones de alcaldes o comisiones municipales que pueden sentirse afectadas por su fiscalización.

La actual disposición adicional segunda del Estatuto de la Función Pública no parece ir por este camino. La corrupción urbanística ha llegado a extremos que sólo puede ser combatida con planes de emergencia. La mejor demostración de que los partidos se toman en serio esta lacra sería que acordasen un plan de acciones legales y políticas contra ella.

(En la fotografía, las polémicas torres de Isla Plana promovidas por Sánchez Carrillo y en las que se sospecha pudo participar inicialmente Carlos Valcárcel)

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