domingo, 12 de noviembre de 2006

La hipótesis Trillo/El Minarete


Francisco Poveda

La más que probable precipitación de serios acontecimientos en las próximas semanas (véase la reciente entrada de la Guardia Civil en dependencias municipales cartageneras con alcaldesa del PP) podría estar aconsejando en las filas nacionales de este partido, manejar algunas hipótesis de salida para la grave crisis política que se aventa en nuestra región, por parte del líder nacional Mariano Rajoy. Se vuelve a cuestionar allí la conveniencia de mantener de candidato a Valcárcel pese al empecinamiento del secretario general de la CROEM, el director general de “Cajamurcia” y algunos otros de sus peones, enrocados en sus propios intereses más que privados de saurios políticos.

Una de ellas, la que parece más probable y ha trascendido, es la “hipótesis Trillo” para aparcar casi por sorpresa en su tierra al cachorro fraguista cartagenero y ex ministro de Defensa en lo que le resta de vida política. Suena ahora en Génova 13 como sustituto de Valcárcel si éste renunciase finalmente, casi a la fuerza, a su cuarta reelección. Pero la cosa no es tan sencilla en esta Baviera panocha y bicéfala, con tres vértices para no olvidar a una Lorca que siempre inclina la balanza a favor de la capital regional.

La reciente gira propagandística por California, tan mal concebida por Carlos Egea y el miembro de la sospechosa Fundación “Cajamurcia” y actual cónsul de España en Los Ángeles, Inocencio Arias, vuelve a demostrar las limitaciones internacionales de su candidato preferido intentando justificar el aeródromo de Corvera en la necesidad de escalas entre USA y Oriente Medio o en unas exportaciones murcianas desplomadas por encarecidas o de tecnología obsoleta. Definitivamente, es que le sube mucho la tensión.

El objetivo último sería volver a controlar el PP murciano desde la sede central para que deje de ser un instrumento exclusivo del trío Carlos-Antonio-Ramón Luis y de la trama caciquil que, por conveniencia, lo mantiene. Por algo Valcárcel prometió estar solamente dos legislaturas y ahora quiere aspirar a perpetuarse en el poder regional sin pactarlo con la dirección nacional del PP. Vamos para dieciséis años de pelele pillo.

Pero a nuestro pobre presidente es cierto que se le complican las cosas conforme avanza el calendario hacia la fecha electoral del 27 de mayo. Al secretario general del PP murciano y alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, los hados también se le están tornando en contra al ser investigadas a fondo las verdaderas razones del hermanamiento de Murcia con Miami en 1998 y sus efectos sobre el urbanismo municipal y regional.

Es un tema muy oculto pero que, de salir a la luz, puede dar mucho de sí e invalidarlo como alternativa natural en San Esteban. Tiene tela tanto viaje de algunos a la República Dominicana para colocar los dineros que se llevan conseguidos aquí. O de otros a “cazar” a Polonia. ¿Ha “cazado” ya la Interpol a alguno de nuestros “cazadores”? Parece que hay localizadas unas cuentas corrientes muy comprometedoras en algún lugar de Caribe, que sorprenderán a la audiencia cuando se conozcan en marzo.

En cuanto a Gómez Fayrén, no está del todo en la carrera de recoger la herencia envenenada del duodenato ni tiene la más mínima fuerza en la organización regional del PP. Lucharía, de poder ser alcalde de la capital regional. Pero su sentido de la libertad individual le impide ceder más y más…para, al final, nada de nada o más de lo mismo. Tiene su dignidad y la vida resuelta como para dejarse utilizar tan burdamente por ancianos locales tan resentidos con la monarquía y la democracia. Se mantiene a la expectativa, seguro de que tendrá su oportunidad en un escenario regional renovado.

Pero la guerra entre las facciones murciana y cartagenera del PPRM lleva abierta meses. Y las batallas de “Lo Poyo” y “Puerto Mayor” por hacerse con el gran botín ha llenado de costurones a los lugartenientes Ayala y Sánchez Carrillo; éste, victorioso total en un principio, pero en el punto de mira de la Justicia. Ese es un ámbito mucho más dominado por los abogados Trillo y Ayala que por el letrado Carlos Valcárcel y sus exclusivos “socios” Antonio y Ramón Luis. El concejal es hoy el talón de Aquiles de todo el entramado valcarcelista y quien puede acelerar los acontecimientos si “canta”.

No obstante, los cartageneros tienen en Madrid muchos más agarres que el provinciano que nos gobierna y que no alberga ni la décima parte de la astucia que el ex comandante jurídico de la Armada. En territorio “comanche” ha quedado también la alcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro, tras el insólito “asalto” de nuestra particular Gendarmería a su ayuntamiento en busca de pruebas documentales que la incriminen en presuntos delitos urbanísticos. Es mujer, en política, de Sánchez Carrillo más que de Andrés Ayala. Ojo.

En la Región los apoyos sociales a Valcárcel van disminuyendo, es cierto, pero Trillo sólo es fuerte en Cartagena aunque tenga de su lado a verdaderos pesos pesados como el ex portavoz vaticano Joaquín Navarro-Valls y a su hermano Juan Carlos, subdirector general de “Cajamurcia” y primero en la línea de sucesión de Carlos Egea (¿se jubila el lorquino el 14 de febrero próximo al cumplir los 60 años o preferirá aguantar hasta 2017, tal como le permiten los vigentes estatutos de la entidad?). Zapatero está por retirar de primera fila a todos los protagonistas de la Transición con más de 50 años.

También cuenta Trillo con toda la fuerza de inercia que le pueda quedar al presidente de la UCAM, José Luis Mendoza, pese a sus rifirrafes veraniegos con su ex profesorado miembro del “Opus Dei”. Y no es desdeñable su opción por el ex ministro del decano diario “La verdad” y también de “El Faro”. ¿Qué haría “La Opinión”? Apoyar al ganador: Trillo, aunque en la televisión autonómica el clan cartagenero no haya conseguido todavía ni un sólo resquicio de poder por decisión del centralismo murciano más radical. ¿Se retira Viudes de la Autoridad Portuaria de Cartagena el año que viene?

En el trasfondo de esta soterrada lucha en la derecha extrema por conservar o hacerse con los resortes de poder en la Región de Murcia, late la histórica rivalidad entre las viejas burguesías conservadoras de Murcia y Cartagena, la competencia entre sendas oligarquías y, ahora, la necesidad histórica de conseguir la provincialidad con una reforma del Estatuto de Autonomía que Valcárcel retrasa y retrasa para no abrir el melón de su propia sucesión al conllevar la pérdida del control de los tiempos. Su sectarismo huertano no concibe siquiera un pacto de convivencia que estabilice políticamente nuestra autonomía con dos provincias. No tiene sentido de Estado ni de nada.

Trillo calla, mientras alberga la esperanza de lograr la impunidad necesaria frente a los efectos judiciales del accidente del “Yak-42” siendo presidente para entonces de su Comunidad Autónoma. Lo tiene más fácil que otras veces pero la situación que le dejan Valcárcel, Clemente García y Carlos Egea, con la Fiscalía investigando los excesos de los gobiernos regionales del PP desde 1995, dificultan que su partido siga ganando en la Región frente a un centro izquierda renovado y con un mensaje lejano a las viejas rencillas de los poderes caciquiles del ya muy alejado siglo XX.

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