jueves, 9 de noviembre de 2006

Sánchez Carrillo "en capilla"



El concejal del Ayuntamiento de Murcia y presidente del comité electoral regional del PP, amén de recaudador preferente, el promotor-constructor Antonio Sánchez Carrillo, podría ser el primer político murciano conducido a declarar ante la Fiscalía del TSJ por unidades especiales de la Guardia Civil, según se ha podido saber hoy de fuentes solventes de Anticorrupción.

El aludido es aquí el “hombre fuerte” de la organización como máximo responsable de elaborar todas las candidaturas electorales pero está muy mal visto en Génova 13, donde desaprueban que ahora intente optar a un escaño en la Asamblea Regional buscando la protección de ser persona aforada.

Las investigaciones en marcha, a punto de concluir, parece que lo señalan como centro, y hasta “cerebro” bis, de una trama a la que presuntamente también se vincula al conocido y reconocido letrado Carlos Valcárcel Siso, hermano del presidente de la Comunidad Autónoma y socio fijo desde hace muchos años de Sánchez Carrillo en la Promoción y Construcción de viviendas.

El presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, estrechamente vinculado al exministro cartagenero Federico Trillo (de siempre su hombre de máxima confianza en esta Región), estaría informado de todos los antecedentes y se mostraría conforme, si procede, con que se cumpla la ley sin excepciones ni privilegios.

Sánchez Carrillo habría sido investigado en un principio por sus supuestas conexiones con alguno de los imputados en el “caso Malaya”, como Juan Antonio Roca o Tomás Olivo, pero a raíz de las pesquisas se habría elaborado un mapa con los alcaldes murcianos presuntamente colocados en las candidaturas con “cierto sentido” oculto, para, al parecer, facilitar negocios especulativos a terceros, personalmente por este hombre de máxima confianza política de Ramón Luis Valcárcel y ahora salpicados por indicios racionales o dudas razonables de presunta corrupción urbanística, caso de Murcia, Cartagena, Mazarrón, Águilas, San Javier, Totana, Cieza, Torre- Pacheco, Fuente Álamo, Caravaca, Mula, Aledo, Molina, Ulea, Villanueva o Alcantarilla.

El momento no resulta políticamente fácil para el propio presidente de la Comunidad Autónoma, una vez perdido todo pié en Madrid, y abandonado aquí por casi todos sus aduladores y otrora beneficiados en este difícil trance. Los negocios de personas, más que próximas, a la sombra de su poder y las evidencias de irregularidad puestas de manifiesto por ilustres especuladores al llamar a Valcárcel “inútil y cobarde”, le colocan en una situación de extrema debilidad ante su partido, la sociedad, el electorado y el propio cuerpo regional de altos funcionarios. Puede finalmente no ser el candidato del PP a San Esteban por decisión firme de su dirección nacional y ser sustituido por el cartagenero Francisco Celdrán, actual presidente del Parlamento murciano.

El concejal Sánchez Carrillo, natural de Patiño, aparece en las investigaciones como la pieza maestra de un “puzzle” político-urbanístico que lo sitúan en el centro de una trama con conexiones claras en “Lo Poyo”, “Nova Carthago”, “La Zerrichera”, “Nueva Condomina”, “Puerto Mayor” “Cooperativa Edificio Banco Exterior” o “Polaris World”, entre otras.

Según fuentes de la Benemérita, su jerarquía frente al alcalde murciano Miguel Ángel Cámara y la alcaldesa cartagenera Pilar Barreiro estaría más que probada y, su repetición por tres veces como cabezas de lista en las elecciones municipales de 1995, 1999 y 2003, así lo confirmaría.

Ambos políticos, oriolano uno y ferrolana la otra, también han sido, o están siendo todavía, investigados por Anticorrupción desde hace algunos meses, especialmente la alcaldesa de Cartagena en las últimas semanas a raíz de su cambio de actitud ante determinados macroproyectos urbanísticos en su término municipal y desarrollados siempre por “amigos” de Sánchez Carrillo.

Autoridades gubernativas de la Región ha viajado esta semana a Madrid para ser informados de los operativos policiales especiales diseñados para combatir la delincuencia de "cuello blanco" y la corrupción urbanística entre los murcianos.