miércoles, 2 de agosto de 2006

El verdadero Bascuñana

Quienes conocen al consejero Bascuñana, sabrán que empezó su carrera política como concejal en el ayuntamiento de Molina de Segura, siempre en la oposición. En aquella época, parecía un hombre tolerante, dialogante y creíble en su discurso contra el gobierno municipal. Pero eran las formas de presentarse ante la sociedad como una alternativa democrática y civilizada, que dejó paso a la realidad desde que accedió a la cúpula del Partido Popular y a la Consejería que preside. Bascuñana es el Gran Hermano de los conservadores murcianos, el que deshace entuertos y endereza a los descarriados, que haberlos, haylos y muchos, en el seno del PP, disconformes con la organización político inmobiliaria en que se ha convertido el partido. Bascuñana es también una especie de padrino, sin el carisma de Don Corleone. Un hombre sin piedad.

Muchos los testimonios, privados y confidenciales, de quienes aún le temen, en el seno su congregación. No hablan, al menos publicamente. Pero susurran... Represalias, amenazas, discriminación, y finalmente, acoso y derribo a la persona.

Lo hizo, hace pocos años, en la figura del alcalde de Alguazas Diego Oliva Almela, un buen hombre que fue deshauciado por sus propios compañeros del equipo de gobierno municipal, en un moción de censura sin precedentes en la Región. Diego, muy apreciado por sus vecinos, tuvo que abandonar temporalmente la alcaldía, enfermo de cáncer, y dejarla en manos de su segundo, Fernández Lladó. A su regreso se encontró con actuaciones de dudosa legalidad por parte de su equipo de gobierno. Su enfrentamiento con sus concejales terminó en una moción avalada por el propio Bascuñana. Quien esto escribe se encontraba en casa de Diego Oliva, cuando recibió la llamada del consejero: "Tu dimite, te hacemos un homenaje y todos tan felices". Diego resistió hasta el final y se fue despedido por sus propios compañeros en pleno, que le negaron el pan y el agua. Compañeros que, como el consejero, inhumano, feroz, acaparador, sabían que al alcalde más popular de Alguazas le quedaban pocos meses de vida. Vergüenza da ver a estas personas ir cada día a misa, a redimir sus pecados, imperdonables si hay un Dios justo, por muchas veces que confiesen sus letanías.

Ninguno de sus compañeros fue al entierro, conscientes de que serían abucheados por el pueblo llano, como lo fueron durante la moción de censura, impresentable, por parte del futuro alcalde, quien, también delante del que redacta estas letras, dijo que "yo siempre estaré con Diego hasta el final". Pero José Antonio Fernández Lladó encabezó la moción y ocupó la alcaldía, lo que le permitió seguir con su política especulativa y recalificar miles y miles de metros de su familia, una incalculable fortuna. Con la bendición de Bascuñana.

Hace unos días, nos encontramos con Jesús, quien fue durante años portavoz del grupo municipal del Partido Popular en el ayuntamiento de Lorquí. Y contamos esto con su conocimiento. Jesús era y es, a sus 40 años, un hombre inteligente, ingeniero de profesión, educado, sincero, sin malicia, transparente. Tal vez por eso no encajaba en el perfil de Bascuñana, que necesita más que políticos y personas honradas sicarios a su medida. Jesús no aceptó determinadas artimañas del poderoso procer pepero, y en el despacho de la consejería, fue advertido de que ya no contaban con él. No solo eso, sino que le cerraron las puertas en oposiciones, trabajos, y otras oportunidades donde buscar su futuro y el de su familia. Tampoco le aceptan proyectos de su especialidad. Está vetado. Hoy, este hombre inteligente, y sonriente pese a todo, se gana la vida colocando alarmas.

Dejó su juventud para el Partido Popular, pero no era lo suficientemente pícaro, corrupto, pelota, sibilino, maquiavélico, obediente a la secta, trapichero, especulador ni malvado que requerían sus obligaciones políticas. Jesus es un hombre sencillo, honrado, familiar, de la calle, que sabe escuchar, y practica la equidad. ¿Qué es eso? Se preguntarán algunos del partido en el poder en la Región... Y eso no cuadra en los parámetros del todopoderoso consejero Bascuñana.

Jesús fue asesor personal del consejero Megías, quien abandonó la política asegurándole a sus más íntimos que "yo por lo menos me voy con lo puesto". ¿Que quiso decir con eso, en ese momento? ¿Qué vio el entonces consejero de Turismo para soltar esa última frase y dejar la política sin nostalgia, en un momento álgido de su carrera?.

En cualquier caso, los que conocemos a Jesús, ya apartado del Partido Popular, tan solo le podemos decir: "Has tenido suerte. Ahora puedes disfrutar de la vida y de los verdaderos amigos. Y deja la política para los que ven en esto un negocio, y no un servicio al pueblo, como tu creías que era tu obligación, y tu devoción. Tendrás un futuro mejor, porque la politica, hoy, en el PP, no es tal, sino una empresa de dudosa reputación que acapara millones de euros". Suerte, Jesús. Y cuenta con nosotros, para lo que esté en nuestra mano, por ti, y por otros. Paz.