martes, 6 de junio de 2006

Quo vadis Cartagena?

La irresponsabilidad y codicia de algunos promotores inmobiliarios de nuevo cuño va a conducir en pocos años, a la Región de Murcia, a una situación tal de inseguridad ciudadana, que será poco menos que imposible que la gente de aquí, y los llegados esta última década de Hispanoamérica y Europa Occidental, no tengan que malvender sus patrimonios y marcharse al Cantábrico. ¿Qué hacen ante esta nueva situación los partidos políticos de cara a las próximas elecciones de 2007?

Algunos tiroteos y ajustes de cuentas, con muertos incluidos, ya ha habido en el sur de Alicante entre mafias rusas. Y eso es lo que se quiere trasladar a la Región de Murcia, incluida Jumilla y el Campo de Cartagena, a un paso de la capital, se diga lo que se diga. Preguntemos a los vecinos de Cabo Roig, que ya saben mucho de esto porque han visto de todo. O a algunos de "Altorreal" con experiencia vivida en secuestro express por parte de paramilitares sin fortuna de países exsatélites de Moscú. O a los servicios de seguridad de "El Corte Inglés" en Alicante-Cartagena- Murcia. También se quiere atraer a indeseables del Reino Unido, a quien Blair está facilitando su instalación entre nosotros al considerarnos la cloaca de la Unión Europea por gallitos en Bruselas.

Un capitalismo mal entendido y una globalización anárquica, sirven también de coartada a financieros sin escrúpulos, con fuerte presencia y negocio de moneda en la zona, para animar a nuevas empresas de chicha y nabo a que hagan sus negocios donde puedan rascar un euro, sin importarles luego las consecuencias de todo tipo para la sociedad murciana y otros residentes extranjeros. Lo importante para ellos es captar pasivo sin preguntar su procedencia. "Non olet", que decía el prestamista medieval valenciano a su hijo. Por eso tenemos aquí poco o ningún futuro con el cliente británico, alemán y nórdico de calidad. Que no nos engañe más "Polaris".

Habrá que tomar nota, cara al futuro, de esa misión comercial inversa organizada por la Cámara de Comercio de Cartagena, para que periodistas y agentes inmobiliarios rusos visiten estos días el litoral de Águilas a Los Alcázares, y luego lo promocionen al regresar a Moscú y San Petesburgo. En principio nada que objetar cuando, además, unos 300 turistas rusos ya residen entre nosotros durante el invierno. Pero cabe pensar que no es esa, por razones obvias, la gran alternativa turística para esta tierra aunque se trate de vender a un tiempo, el doble concepto de una costa barata para rusos en el protocapitalismo, y mansiones por encima de lo 500.000 para los más pudientes, que todos podemos imaginar a qué se dedican, con el señuelo falso de que luego tienen una fuerte revalorización y fácil venta. ¿Se trata de ofrecer, de verdad, inversiones o de facilitar de paso algún blanqueo, señor Rosique, nuevo presidente de la entidad cameral?

No se sabe si el Estado le habrá dicho a la Cámara (ya con el secretario Ramiro Alonso, jubilado) si hay cosas que se deben consultar antes de hacerlas. Pero ofrecer la costa murciana como refugio discreto a las mafias rusas del gas y el petróleo, tal como se pretende y no se esconde, es algo más que temerario porque podemos lograr el triste record de llegar a ser la hucha del dinero procedente de todos los negocios ilícitos de la Europa del Este sin necesidad de pasar por islas Caimán. A ver cómo se explica ahora todo esto a los votantes de una tierra de apáticos susceptibles de embestir cuando se hartan.

Esas son las cosas que no cuenta el presidente Valcárcel, que debe saberlas o, al menos, intuirlas. Ni una patronal cartagenera, COEC, que, presidida por un tal Illán, premia este año la excelencia empresarial de dos empresas promotoras/constructoras de la comarca, muy cuestionada cada una por distinto motivo: "Urdemasa" y "Polaris".

Y las mismas cosas que dañan la imagen de una Región de Murcia en manos de descerebrados políticos, que luego echan en cara al fiscal-jefe la proliferación de tanta delincuencia y demandan más policía, y hasta la creación de un cuerpo autonómico de seguridad. Algunas nuevas fortunas, seguro que tienen truco.

Mentiras oficiales para tontos


En las últimas horas, los impresentables y desfasados murcianos de siempre han aprovechado la buena fe de algunos invitados ilustres, llegados desde Madrid para apuntalar sin saberlo a un presunto delincuente de "cuello blanco" en apuros, seguido de cerca por la Fiscalía más el Ministerio del Interior, y repetir las ya consabidas mentiras oficiales de cada año por estas fechas sobre el buen estado macroeconómico de la Región de Murcia (sigue sin remisión a la cola de España y de Europa en todos los estudios relativos más solventes) y así darle algo de oxígeno a ese cadáver político, que ya aparece como un muerto viviente pintado de verde, y que algunos se empeñan en sacar de la particular UVI de palacio para que todavía firme a su favor lo que otros manejables no se atreverían a firmar en otras comunidades autónomas del mismo signo.

Que nadie se engañe con más ocurrencias demagógicas e inviables de capitalidades suprarregionales o subrregionales, que sólo están en la estrategia de políticos desgastados y desprestigiados por sus propios hechos. Ni Alicante, Albacete y Almería quieren a Murcia como capital de nada, ni los Vélez, Caravaca, Vera, Totana o Huércal-Overa piensan en Lorca como cabeza de ratón pese a las veleidades de un maleducado que desea ser destinado a la consejería de Educación para no volver a su oficio de maestro de escuela cuando lo echen los suyos por venderse, no al mejor postor, sino al primer impostor llegado de lejos o de cerca. Algunos no creen en lo que ahora dicen creer y, en cualquier caso, veremos como no hacen lo que ahora prometen agobiados por la presión creciente de la sociedad civil murciana.

Nuestro particular "green ghost", en la última terminología de "Ecologistas en Acción", está interpretando con más pena que gloria, su último "canto del cisne". Atrapado en su propia podredumbre y preso de quienes le promocionaron y manejaron a placer durante una década por saber de su crónica abulia por inmersión, y de su maltrecha tesorería, amén de su condición moral consiguiente, nos quiere hacer creer a estas alturas que aquí todo funciona perfectamente pese a las "envidias" que se inventa desde la porquería que le llega hasta el cuello. El coro contratado para la ocasión, tampoco ha sido más convincente ni ha aportado un sólo dato serio que corroborase los grandes pronunciamientos voluntaristas y los lugares comunes de la propaganda más tosca. ¡Comienza bien el nuevo teórico al servicio de estos oportunistas de billetera verde, sin más credibilidad que aquella que se pueda comprar por un día con dinero de todos los murcianos, del que no se viene dando cuenta pero se tendra que dar algún día! A remolque y por oportunismo puro se habla ahora de desarrollo sostenible cuando no se ha tenido, ni se tiene, respeto a la virtualmente derogada Ley de Protección Ambiental de la Región de Murcia, aprobada en su día por consenso en la Asamblea Regional.

Con un ridículo ponente, teórico representante de la inversión local, hablando a estas alturas de trasvases y autovías, y de un déficit hídrico técnicamente solucionado, ese modelo económico que se alaba por su supuesto buen funcionamiento, y que "es ejemplo en España y en Europa", se basa en un turismo de alpargata, una agricultura muy en baja por falta de valor añadido, una industria agroalimentaria de muy corto recorrido y que ni siquiera puede pagar a un precio mínimo de referencia la materia prima, unas exportaciones en caída libre, una productividad por los suelos, una siniestralidad laboral disparatada, salarios tercermundistas, precariedad laboral, un 40% de economía sumergida, escasa cualificación de la mano de obra, formación desfasada del recurso humano, ninguna I+D+i y competitividad bajo mínimos por falta, precisamente, de esa innovación. Es curioso que nadie mencionase el mercado internacional de capitales como eufemismo de paraísos fiscales que tanto se frecuentan desde Murcia.

Los representantes de las multinacionales localizadas en nuestra tierra, generadoras de muy poco empleo, y cazadoras de subvenciones públicas ¿qué van a decir si hacen lo que les da la gana desde que comenzó el actual turno político? Y a las que quieren venir ahora a hacer negocio, rápido y fácil, al calor de una legislación regional ambiental más que permisiva y que actúa como una especie de "efecto llamada" para burlar a Kyoto, ¿qué les cuesta decir que todo lo ven con un gran futuro? Más mentiras oficiales convenientes, para tontos al fín y al cabo, legitimadas por una gaceta desprestigiada.

No es de recibo tampoco, oir a un brillante economista del Estado en excedencia, cartagenero que preparó sus oposiciones en la finca lorquina de San Julián y posee casa en "Los Teatinos", decir que aquí existe consenso social sobre todos los disparates que se cometen desde arriba. Eso no es cierto. Ni tampoco se protege el medio ambiente. Ni mejora la productividad por falta de formación. Ni hay, ni se desea de verdad por quienes detentan las palancas de poder real, un crecimiento sostenible. La cohesión social ha disminuido más en diez años que en toda la Restauración de Cánovas del Castillo. La clase media está en vías de extinción aunque emerge una nueva clase delincuente (que no respeta la reglas del mercado, por un capitalismo mal entendido, ni tributa por unas plusvalías que esconde en Caymán con la complicidad intelectual del calvo de la baraja).

Y, por eso, la imagen pública percibida de la Región de Murcia sí es un problema, de mala reputación, porque hoy es desastrosa gracias a las fechorías de quienes ahora echan la culpa a periodistas independientes y dicen querer arreglarla en bien de todos. Lo terrible no es lo que se cuenta en los medios sino lo que está sucediendo aquí, y que nadie haya entrado todavía a la cárcel pese a la aplicación del fiscal-jefe. (Por cierto, que en Lorca tiene una vía de agua cierto fiscal, que se debe taponar, pero en el negociado urbanístico del ayuntamiento de Águilas).

Mientras unos dicen lo que dicen porque se les escapa el negocio "taurino", y de ahí que no quieran oir hablar de moratorias urbanísticas, lo que procede es exigir responsabilidades a este vocero y su secuaces por parte de esos empresarios murcianos, que se deben separar y condenar las prácticas corruptas y las conductas mafiosas de esos otros (generalmente de la promoción y construcción) que, como certeramente ha dicho el profesor Costa Morata, "apuran hasta el delito las posibilidades de abuso que les brindan ayuntamientos y gobierno regional". ¿Por qué no actúa el fiscal de Lorca contra quien debiera hacerlo (a ver si es que no tiene allí trabajo pendiente a manta) en vez de contra quien denuncia públicamente situaciones escandalosas en la comarca del Bajo Guadaletín? Alguien debiera informar al fiscal general del Estado de esa excepción.